Las diferentes longitudes de onda de la luz revelan el mundo de maneras únicas. No obstante, algunas de ellas son difíciles de ver desde las perspectivas del ojo humano o las tecnologías de imagen modernas. Es el ejemplo de la luz del infrarrojo medio, que puede usarse para observar una variedad de procesos biológicos en el cuerpo, pero es difícil realizar un seguimiento cuando se utiliza para filmar a una velocidad rápida. Además, los láseres y detectores que hacen posible este tipo de imágenes son, por regla general, caros y los resultados suelen ser deficientes.
Conscientes de esta problemática, un grupo de investigadores de la Universidad Técnica de Dinamarca ha logrado convertir la luz del infrarrojo medio en luz del infrarrojo cercano para, acto seguido, usar las tecnologías baratas ya existentes y obtener imágenes del resultado. La técnica abre un camino para que los científicos estudien una serie de procesos dinámicos, pero también para que los médicos analicen los tejidos en busca de enfermedades poco conocidas.
"Utilizamos un enfoque que traduce la información de la región del infrarrojo medio, donde las firmas químicas son distintas, al infrarrojo cercano, donde la tecnología de cámara es más sensible"
Atendiendo a detalles concretos, el equipo utilizó la conversión de frecuencia no lineal, un método para aumentar la energía de los fotones y cambiar, así, la longitud de onda de la luz entrante. Esto se realizó para que la mayor parte de la información capturada en el infrarrojo medio se transfiriera al infrarrojo cercano, reteniendo datos espaciales y sin agregar mucho ruido.
Peter Tidemand-Lichtenberg, uno de los investigadores del trabajo, explica que, en su equipo, "utilizan un enfoque que traduce la información de la región del infrarrojo medio, donde las firmas químicas son distintas, al infrarrojo cercano, donde la tecnología de cámara es más sensible".
Para evaluar el potencial del nuevo enfoque de imágenes para aplicaciones clínicas, los investigadores lo utilizaron para analizar muestras de tejido canceroso y esofágico sano. Tanto la morfología como la clasificación espectral fueron consistentes con las imágenes histopatológicas convencionales.