La impresión en 3D constituye un grupo de tecnologías de fabricación por adición, es decir, el material con el que se crea el objeto, ya sea con plástico o metales como titanio, construido capa a capa de manera controlada, a partir de un diseño hecho por ordenador, recogidos gracias a un escáner en 3D. En el ámbito de la salud, por ejemplo, se pueden imprimir prótesis atendiendo a la geometría del paciente.
Replicas exactas de huesos, estetoscopios de bajo coste para países con escasos recursos, tórax de titanio adaptado a la estructura del paciente o impresión en 3D con células vivas. Son algunas de las posibilidades de esta tecnología tridimensional. Sin embargo, surge la cuestión sobre cuál es la situación en la que se encuentra la tecnología de impresión en 3D en el sector sanitario en España.
“La impresión 3D hace más eficiente los procedimientos, tanto en coste económico como laboral. Esta tecnología mejora la atención al paciente” señala Teodoro García Egea, Doctor Ingeniero, tecnólogo y diputado del Partido Popular por Murcia, quien presentó el pasado diciembre de 2017 una Proposición no de Ley (PNL) en el Congreso de los Diputados para “introducir en todos los hospitales públicos” un departamento de impresión 3D para que se puedan desarrollar tejidos, órganos y prótesis.
La tecnología 3D puede ayudar a ahorrar entre dos y tres horas de duración en operaciones largas y hasta 20.000 euros por operación
Entre las aplicaciones que puede tener esta tecnología para la medicina destaca la impresión de aparatos médicos, prótesis dentales personalizadas, audífonos, modelos de órganos para realizar cirugías de práctica antes de una intervención quirúrgica o implantes personalizados como huesos o tejidos En el futuro, el 3D permitirá realizar un modelado, análisis y simulaciones de las repuestas de las células y de los comportamientos de los tejidos, tal y como destaca el informe Estado actual y perspectivas de la impresión en 3D publicado por el Departament d’Empresa i Ocupació de la Generalitat de Catalunya.
Una tecnología que reduce los costes y el tiempo en una operación. “Hay que intervenir a un paciente por una fractura de pelvis. Para ello se realiza un escáner en 3D y se crea un modelo. Se esta forma, los profesionales sanitarios saben donde hay que atacar, pues prueban primero en el modelo en lugar de ir a ver qué nos encontramos” explica Teodoro García, quien señala además que la tecnología 3D puede ayudar a ahorrar entre dos y tres horas de tiempo en operaciones largas y hasta 20.000 euros por operación.
TECNOLOGÍA 3D PARA TODOS LOS HOSPITALES PÚBLICOS
A la pregunta de si se va a implantar esta tecnología 3D en los hospitales públicos, Teodoro García explica que “existan estos departamentos para ayudar al diagnóstico y que sea traducido por ingenieros médicos o industriales si los médicos lo necesitan”. La PLN está en marcha y ya se ha formado un grupo de trabajo. En este sentido, el diputado señala además que “estamos tratando de conocer todos los puntos de vista de los hospitales que están utilizando esta tecnología. Hemos visitado el Gregorio Marañón, que es puntero en Traumatología para desarrollar impresión aditiva y próximamente estaremos en La Paz”.
El siguiente paso será obtener los permisos de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios
De esta forma, tras atender las demandas de los hospitales, el siguiente paso será obtener los permisos de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS). “Usar 3D para tratar determinadas patologías supone introducir en la sala de operaciones determinados materiales que tienen que ser supervisados y aprobados por la AEMP” añade Teodoro García. Tras esto, se trasladará toda la información al Ministerio de Sanidad para aprobar definitivamente el proyecto de Ley.
¿EL FUTURO DE LA IMPRESIÓN EN 3D?
El principal reto al que se enfrenta la impresión 3D en España es la demanda de profesionales y la implantación de esta tecnología sanitaria en las universidades. Se demanda una mayor inversión y una formación para los profesionales sanitarios. Para el diputado del Grupo Parlamentario Popular “vamos a incentivarla en dos partes: la demanda de profesionales desde el ámbito sanitario y tecnológico y vamos a intentar incentivar el estudio de este tipo de materias tanto en la rama de ingeniería y medicina en las universidades.
Así, esta tecnología supondrá una mejora en la atención sanitaria, un ahorro de costes y de duración en operaciones largas, una objetivización de las intervenciones quirúrgicas, de manera que los implantes se adapten completamente a la estructura del paciente. En definitiva, supone un paso más hacia la medicina personalizada.