La tecnología aplicada a la salud centra el abordaje de cualquier ámbito sanitario. Los campos todavía ajenos a las herramientas digitales deben reaccionar con su adaptación 2.0 o será difícil la consecución de sus objetivos. Una vez que las nuevas tecnologías empiezan a desarrollarse deben evolucionar hasta lograr la mayor optimización de los recursos. El objetivo final es mejorar la calidad de vida del paciente y del usuario de los sistemas sanitarios.
Los bots son el ejemplo de una de estas tecnologías humanizadas: sistemas de inteligencia artificial capaces de ir aprendiendo de forma progresiva y tomar decisiones
En los últimos meses cada vez hay más autores que escriben sobre cómo la tecnología tiende hacia lo emocional para potenciar su eficacia. Los avances en inteligencia artificial o robótica, por ejemplo, giran en torno a lo más receptivo, empático y humano, algo que, coinciden los especialistas, proporcionaría a los pacientes una mejora en su atención sanitaria, en distintas áreas.
BOTS, ¿LOS ‘MÉDICOS’ DEL FUTURO?
Los bots son el ejemplo de una de estas tecnologías humanizadas. Se trata de sistemas de inteligencia artificial capaces de ir aprendiendo de forma progresiva y tomar decisiones tras alimentarse de conocimientos teóricos reales (conectados a una base de datos de publicaciones científicas) y de datos reales de pacientes (procedentes de fuentes clínicas).
Un ejemplo de esta tecnología es el Proyecto Kristina, de carácter internacional y con participación española. Es un proyecto plurinacional en el marco del Horizonte 2020 de la Comisión Europea dentro del Community Research and Development Information Services (CORDIS) que está coordinado por la Universidad Pompeu Fabra y en el que participan instituciones de Alemania, Países Bajos, Francia y España. La representación española, además está formada por la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC).
Este trabajo persigue el objetivo de derribar las barreras lingüísticas existentes en la sociedad mediante el uso de tecnologías innovadoras para que los colectivos de inmigrantes y todos los grupos con problemas a la hora de comunicarse puedan acceder a una fuente de consulta médica interactiva a través de la red que sea fiable y científica. También se pretende que estas personas se integren adecuadamente en la sociedad con un buen uso del sistema sanitario.
El objetivo general de Kristina es investigar y desarrollar tecnologías para crear un agente humano virtual con funciones comunicativas que se ejecuta en dispositivos de comunicación móvil y que sirve para que los emigrantes con barreras idiomáticas y culturales en el país de acogida puedan obtener respuestas a las preguntas relacionados con la atención básica sanitaria. Kristina supone una evolución en el desarrollo de la técnica de la gestión de diálogo, análisis multimodal de comunicación (voz, facial y gestual) y la comunicación multimodal. Asimismo, las tecnología serán validada a través de un ensayo clínico con dos prototipos con un número representativo de emigrantes reclutados: emigrantes turcos ancianos y sus familiares en Alemania y emigrantes procedentes del norte de África en España.
La Comunidad de Madrid es una de las regiones pioneras de toda España en cuanto al desarrollo y aplicación de políticas basadas en la humanización
Las Administraciones sanitarias del país todavía están muy lejos de aplicar este tipo de tecnología más emocional. Sin embargo, el camino hacia el desarrollo de proyectos de este tipo parece haberse emprendido gracias a las políticas basadas en la humanización.
La Comunidad de Madrid es una de las regiones pioneras en este ámbito sanitario. En 2015 se presentó el I Plan de Humanización de la Asistencia Sanitaria 2016-2019 con 10 líneas estratégicas que incluyen 27 programas de actuación cuya realización se prevía efectuar en los cuatro años siguientes a su implantación.
Una de las estrategias del Plan fue la creación de la Escuela Madrileña de Salud de la Comunidad de Madrid para potenciar el papel activo del ciudadano en el cuidado de su salud, autogestión de su enfermedad y propiciar la toma de decisiones informadas y compartidas respecto a su salud.
ESCUCHAR AL PACIENTE
El Plan cuenta con diversas actuaciones para potenciar y mejorar la comunicación cercana y personalizada con el paciente y los familiares, atender sus dudas y necesidades, y en definitiva “comprender, saber escuchar y hacerles partícipes de sus decisiones”. La implantación de la “cultura de la humanización”, una de las líneas estratégicas, incluye la elaboración de un “Decálogo para la Humanización dirigido a los profesionales sanitarios”, así como un programa de formación en aprendizaje de competencias de los profesionales para mejorar la humanización asistencial.
Este Plan aborda momentos claves de la asistencia, como la acogida y la despedida o el inicio y final de la vida, y contempla dimensiones como la información, la comunicación, la formación, el trato, el entorno y la relación, alcanzando a todos los ámbitos asistenciales y teniendo en consideración áreas de especial relevancia como Urgencias, Hospitalización, Oncología, Salud Mental y Cuidados Intensivos.