En la medicina diagnóstica, las biopsias, en las que se extrae una muestra de tejido para su análisis, es una herramienta común para la detección de muchas afecciones.
Sin embargo, este enfoque tiene varios inconvenientes, puede ser doloroso, no siempre extrae el tejido enfermo y solo se puede usar en una etapa de la enfermedad lo suficientemente avanzada, por lo que, en algunos casos, es demasiado tarde para la intervención.
Ante ello, el profesor Nir Friedman y el doctor Ronen Sadeh del Instituto de Ciencias de la Vida y la Escuela de Ingeniería Informática han publicado un estudio en Nature Biotechnology que muestra cómo se puede detectar una amplia gama de enfermedades a través de un simple análisis de sangre.
Concretamente, la prueba permite a los técnicos de laboratorio identificar y determinar el estado de las células muertas en todo el cuerpo y así diagnosticar diversas enfermedades, incluidos cánceres y enfermedades del corazón y el hígado.
La prueba incluso puede identificar marcadores específicos que pueden diferir entre pacientes que padecen los mismos tipos de crecimientos tumorales, una característica que tiene el potencial de ayudar a los médicos a desarrollar tratamientos personalizados para pacientes individuales.
La prueba incluso puede identificar marcadores específicos que pueden diferir entre pacientes que padecen los mismos tipos de crecimientos tumorales
Precisamente, la prueba se basa en un proceso natural mediante el cual todos los días mueren millones de células de nuestro cuerpo y son reemplazadas por células nuevas. Cuando las células mueren, su ADN se fragmenta y algunos de estos fragmentos de ADN llegan a la sangre y pueden detectarse mediante métodos de secuenciación de ADN.
Sin embargo, todas nuestras células tienen la misma secuencia de ADN y, por lo tanto, la simple secuenciación del ADN no puede identificar de qué células se originó. Si bien la secuencia de ADN es idéntica entre las células, la forma en que se organiza el ADN en la célula es sustancialmente diferente.
En este sentido, el nuevo enfoque avanzado por los investigadores es capaz de leer con precisión esta información del ADN en la sangre y usarla para determinar la naturaleza de la enfermedad o tumor, exactamente en qué parte del cuerpo se encuentra e incluso qué tan desarrollado está.