La fabricación de tejidos artificiales, y su aplicación en la práctica clínica, se han convertido en una de las soluciones más eficaces para paliar los efectos negativos sobrevenidos de grandes quemaduras en humanos. Se trata de uno de los ámbitos de investigación sanitaria en los que más se está avanzando en la actualidad y en buena parte de los proyectos que se están desarrollando existe participación española.
Es el caso, por ejemplo, del grupo de investigación de Ingeniería Tisular, dirigido por el profesor Antonio Campos, que está trabajando en el Departamento de Histología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Granada. A través de la denominada ingeniería de tejidos, estos profesionales se dedican principalmente a generar tejidos artificiales en laboratorios empleando distintas tecnologías.
Un modelo de piel artificial, que ya se aplica a pacientes, se ha fabricado a partir de la fibrina (proteína) y la agarosa, un componente que se obtiene de un tipo de alga marina
Entre los investigadores se encuentra Miguel Alaminos, catedrático de Histología por la Universidad de Granada e investigador principal del estudio. En declaraciones a SaluDigital, cuenta cómo se han especializado en la fabricación de un modelo específico de piel artificial para personas que presentan quemaduras y para ello han contado con la colaboración, entre otros, de la Iniciativa Andaluza en Terapias Avanzadas (IATA), de la Junta de Andalucía, que dirige la doctora Natividad Cuende.
FASE DE DESARROLLO
El proceso de creación se realiza en el laboratorio. Uno de estos tejidos, que ya se está aplicando en pacientes, se ha fabricado a partir de la fibrina, "una proteína que sacamos del plasma humano" y la agarosa, un "componente que presenta una cadena larga de azúcares que se obtiene de un tipo de alga marina". Esta unión, que supone un nuevo biomaterial, se mezcla con células de la piel humana obtenidas mediante una biopsia, generándose un modelo de piel artificial que es "análogo a la piel humana pero con muchas diferencias".
Tras haber sido evaluado en animales y haber pasado todos los controles de calidad, la IATA, encargada en Andalucía de la transferencia clínica de este tipo de materiales, ha fabricado este tipo de piel artificial en una sala blanca (denominada GMP, por sus siglas en inglés Good Manufacturing Practices) "como si fuese un medicamento", y ha sido aprobado por la Agencia Española del Medicamento (Aemps).
La piel ha sido implantada con éxito en 12 pacientes afectados por quemaduras muy graves e ingresados en la Unidad de Grandes Quemados del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla
Esto se debe a que "existe una directiva europea de 2007 que dice que todos los tejidos artificiales son medicamentos". Y pese a que son productos que "no son comparables a una caja de pastillas" al tener muchos "condicionantes" por tratarse de "un tejido muy vivo", desde el punto de vista legal sí que se puede comparar, por ejemplo, con un antibiótico. Esto es, que debe fabricarse "en un laboratorio farmacéutico" y cumpliendo con todos los requisitos por los que pasa un medicamento: "hacerlo en una sala estéril, con controles de calidad, con un número de lote y personal adecuado".
RESULTADOS E INCONVENIENTES
Esta piel en concreto, desarrollada en un laboratorio en la UGR, ha sido fabricada en una sala blanca de la IATA y ya ha sido implantada en 12 pacientes. Éstos estaban afectados de quemaduras muy graves y estaban ingresados en la Unidad de Grandes Quemados del Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla. Tras aplicarse en estos casos, "los resultados han sido muy positivos". El investigador Miguel Alaminos ha detallado a este medio que "la gran mayoría de pacientes tratados con esta piel artificial lograron salvar sus vidas".
El investigador Miguel Alaminos indica que el "principal problema" que se encuentran es "el tiempo" por la gravedad de los pacientes; actualmente, el proceso completo puede durar "entre 28 y 35 días"
Pese a los buenos datos, el "principal problema" al que se enfrentan los profesionales sanitarios y los investigadores que trabajan con modelos de piel artificial es "el tiempo". Alaminos ha precisado en este sentido que se trata de un tipo de paciente con características muy frágiles: "vienen con gravísimas quemaduras, muy profundas, de tercer grado, que afectan entre el 60 y el 80% de su cuerpo" por lo que "si el paciente no es tratado inmediatamente, puede morir por una infección o deshidratación".
El proceso completo entre que el afectado llega al centro hospitalario hasta que recibe la piel artificial puede durar "entre 28 y 35 días" y sería el siguiente: los cirujanos del hospital de referencia toman una biopsia al paciente; se envía a la sala blanca de Granada; mediante técnicas de proliferación celular se sacan células y se multiplican en laboratorio; cuando hay suficiente número de células se mezcla con el biomaterial (fibrina y agarosa); se aplican técnicas de nanoestructarión y, finalmente, controles de calidad.
OTRAS PATOLOGÍAS
Además de tratar de mejorar los procesos para reducir los tiempos, este grupo de investigación está trabajando de hace "muchos años" con otro tipo de materiales para desarrollar córneas o nervios artificiales, así como otros tejidos como la mucosa oral o la uretra. En el caso de la córnea, Miguel Alaminos ha avanzado que están realizando un ensayo clínico con el que "se está implantando (la córnea artificial) en pacientes que tienen problemas en la superficie del ojo o personas con ceguera".