La Unión Europea no establece las políticas sanitarias que debe desarrollar cada país, ni cómo deben gestionarse los servicios. Sin embargo, define marcos generales que sirven para completar las iniciativas nacionales en el ámbito de la sanidad pública e impulsa la cooperación entre los Estados miembros en torno a la prevención de enfermedades, las políticas de salud pública o la tecnología sanitaria.
Precisamente este último asunto ha sido el que ha protagonizado una reciente conferencia en la Comisión Europea. En ella, más de 300 personas (entre parlamentarios europeos, legisladores, proveedores, representantes de pacientes y otros expertos) han discutido sobre cómo se puede abordar de manera conjunta las políticas sobre Evaluación de Tecnologías de la Salud (HTA, por sus siglas en inglés). El objetivo común: lograr su sostenibilidad más allá de 2020.
Los expertos instan a incorporar a los procesos de evaluación de las tecnologías sanitarias a los médicos y a los pacientes para que los informes consideren criterios de valoración que sean relevantes para ellos
Como punto de partida, los intervinientes han precisado que estas políticas deben encaminarse hacia medidas “más estructuradas, sostenibles y eficientes”, de manera que se lleve a cabo “el uso óptimo de los recursos y el intercambio de conocimientos especializados en toda la UE”.
Los participantes en la conferencia, que tenía por título The way forward for HTA cooperation – the views of stakeholders, formularon recomendaciones sobre tres áreas principales. El primero de ellos aboga por involucrar en HTA tanto a pacientes y médicos ya que creen que garantiza que los informes de evaluación clínica conjunta consideren criterios de valoración relevantes para el paciente.
En base a estos colectivos, desde la UE apuestan por generar pruebas que satisfagan sus necesidades. Entienden que “una mayor participación de las partes interesadas generará la evidencia relevante que satisfaga las necesidades de quienes toman las decisiones del sistema de salud”. La clave del éxito es, según los participantes en la conferencia, “la transparencia”.
Soledad Cabezón, europarlamentaria del PSOE,cree que el objetivo debe ser "mejorar la calidad de la innovación, la evidencia clínica y el valor terapéutico añadido, así como la sostenibilidad de los sistemas sanitarios"
Finalmente, los expertos han coincidido en que se debe gestionar mejor “la incertidumbre en la fase posterior al lanzamiento” de una tecnología sanitaria. “La evidencia posterior es un componente clave de la reevaluación de las tecnologías de salud”, inciden. En este sentido, destacan que “los registros y los datos del mundo real forman una parte importante del conjunto de pruebas sobre la eficacia de los dispositivos médicos”.
PARTICIPACIÓN ESPAÑOLA
La conferencia ha sido dirigida por Vytenis Andriukaitis, comisario europeo de Salud y Seguridad Alimentaria, quien ha apostado por evaluaciones conjuntas: “Tenemos la oportunidad de establecer un mecanismo que garantice que la HTA se aproveche al máximo en toda la UE. Creo que las evaluaciones conjuntas no solo ayudarían a los pacientes a tener acceso a las tecnologías de salud más efectivas, sino que también contribuirían a la sostenibilidad de los sistemas de salud”.
En el encuentro también ha habido doble participación española. Por una parte, Xavier Prats Monne, que es director general de Salud y Seguridad Alimentaria de la Comisión Europea. En su intervención ha destacado que la propuesta alcanzada “nos brinda la oportunidad de mejorar la política basada en la evidencia, acumular experiencia y optimizar la asignación de recursos. Y lo más importante es que les da a los pacientes acceso a la mejor HTA, independientemente del país del que provengan”.
Asimismo, ha intervenido en el acto Soledad Cabezón, europarlamentaria del PSOE, quien ha insistido en que el objetivo debe ser “mejorar la calidad de la innovación, la evidencia clínica y el valor terapéutico añadido, así como la sostenibilidad de los sistemas sanitarios”. En este caso, ha instado a desarrollar un procedimiento que sea “objetivo, independiente y transparente”.