Las operaciones de tumores podrían reducir los riesgos de manera considerable a partir de ahora. Por primera vez se ha podido utilizar iluminación específica para poder extirparlos con menos peligro. Esta técnica, ya probada en ratones, ha sido desarrollada por ingenieros del Wellcome/EPSRC Centre for Interventional and Surgical Sciences (WEISS) en la UCL y cirujanos del Great Ormond Street Hospital (GOSH).
Los investigadores afirman que esto podría usarse para tratar el neuroblastoma. Este tipo de tumor es de los más comunes entre la población. Normalmente su tratamiento implica extirpar completamente las células cancerosas mediante cirugía. El problema es que estas células dañinas pueden ser difíciles de ver, ya que se son similares en aspecto al tejido sano circundante.
Para dicho estudio, publicado en Cancer Research, los científicos del UCL y el GOSH utilizaron una técnica llamada "imagen molecular" durante la cirugía. A través de ella, se inyectan sustancias químicas en la sangre que actúen como sondas de imagen.
Los investigadores afirman que la iluminación específica podría usarse para extirpar el neuroblastoma
Estos productos químicos son atraídos por las células cancerosas del cuerpo, y una vez unidos, las sondas se iluminan a través de un proceso llamado "fluorescencia", que a su vez ilumina el tumor. La técnica, utilizada durante las pruebas con ratones, reveló con éxito parte de un tumor que no había sido extirpado previamente durante la cirugía.
USO DE LA LUZ SWIR
A continuación, el equipo quería probar si podían mejorar la calidad visual de las imágenes, mediante el uso de un "nuevo" tipo de luz, la luz infrarroja de onda corta (SWIR por sus siglas en inglés), que solo recientemente se ha vuelto accesible para los científicos a través de esta nueva tecnología.
Para ello utilizaron una cámara especial en alta definición que lograse capturar la luz fluorescente SWIR. Esta es invisible a simple vista y posee una longitud de onda más larga que la luz visible, lo que le permite penetrar de forma más profunda en el tejido, proporcionando imágenes con más nitidez y detallismo. Usando esta técnica, los cirujanos pudieron distinguir entre tumores cancerosos y tejido sano durante las pruebas preclínicas.
EL PELIGRO DE EXTIRPAR EL NEUROBLASTOMA
El jefe del equipo de investigación de esta técnica, cirujano pediátrico consultor en el Hospital Great Ormond Street y profesor asociado en el Instituto de Salud Infantil Great Ormond Street de UCL, el Dr. Stefano Giuliani, ha señalado que "la cirugía para extirpar el neuroblastoma requiere un equilibrio delicado”. Esto es debido a que el tumor puede volver a crecer si se extrae poco tejido, pero si se elimina demasiado, existe riesgo de dañar los vasos sanguíneos, los nervios o algún órgano.
El neuroblastoma representa el 8-10% del total de cánceres infantiles, y provoca el 15% de las muertes de niños por esta enfermedad. En un tercio de los casos, el cáncer ya se ha extendido a otras partes del cuerpo cuando se diagnostica, dificultando así su tratamiento.
Un tumor puede volver a crecer si se extrae poco tejido, pero si se elimina demasiado, existe riesgo de dañar los vasos sanguíneos
A diferencia de los rayos X o la resonancia magnética, que se centran en órganos y huesos, las imágenes moleculares facilitan el visionado de procesos biológicos y se pueden realizar durante la cirugía. Lo que significa que el equipo médico no tiene que esperar a los resultados de la biopsia o el cultivo cuando se detectan enfermedades. El SWIR, además, mejora dichas imágenes en tiempo real.
Los científicos de GOSH y UCL WEISS siguen trabajando para mejorar esta tecnología en los próximos 12 meses, y así beneficiar la calidad del tratamiento en el cáncer infantil.