La implantación de la Inteligencia artificial en el campo de las ciencias de la salud ha sido una constante en los últimos años. El uso de dispositivos con capacidades similares a los seres humanos está permitiendo avances nunca vistos para la comunidad científica, ya que ofrece mejoras en el ámbito de los diagnósticos, del control de enfermedades o de la atención sanitaria.
Sin embargo, pocas veces se conoce con qué bases éticas se han realizado todo este tipo de desarrollos. Recientemente, la Asociación Española para la Digitalización, que reúne a las principales empresas del sector de la tecnología y la innovación digital en España, ha publicado el estudio ‘Inteligencia Artificial ética en Sanidad: recomendaciones para la adopción de la IA respetuosa, transparente, segura y justa”.
Los expertos que firman el estudio consideran que la incorporación de modelos de IA en el sector debe ser “operativa y efectiva, en tanto revierta verdaderamente en una mejora de la calidad asistencial”
Se trata de un documento compuesto de guías y propuestas enfocadas al desarrollo de una inteligencia artificial ética y segura en el sector sanitario. En él, se califica a este tipo de técnicas como “posiblemente la tecnología con mayor potencial para reformular cómo desarrollamos las actividades humanas” ya que está “dejando una huella clara en los diferentes agentes sociales y en las instituciones públicas y privadas”.
Los expertos que firman el estudio aseguran que la IA en el ámbito de la salud presenta particularidadeséticas relacionadas con “unas necesidades de privacidad de datos y de robustez de los algoritmos superiores a otros ámbitos” así como con “una necesidad muy clara de establecer la responsabilidad”.
Por ello, desde esta Asociación consideran que la incorporación de tecnologías y modelos de IA en este sector debe ser “operativa y efectiva, en tanto revierta verdaderamente en una mejora de la calidad asistencial”. Al mismo tiempo, instan a las autoridades competentes a atender a “las recomendaciones de los profesionales” y a ser conscientes de su relevancia “con una temporalidad acorde a la importancia e impacto que conlleva”.
ÉTICA Y DESARROLLO TECNOLÓGICO, “DE LA MANO”
Como conclusiones, el estudio subraya que la ética y el desarrollo de la inteligencia artificial tienen que “ir de la mano”. En concreto, apuntan que al igual que “la ética no debe frenar el desarrollo tecnológico de la IA”, esta evolución “no puede ir por delante del cumplimiento ético” ni tampoco “atentar contra la privacidad o derechos de los ciudadanos”.
En el estudio defienden que las personas “tienen derecho a saber cuándo están interactuando con un sistema de inteligencia artificial"
A juicio de estos expertos, la IA debe concebirse por el personal sanitario como “una herramienta más a su disposición” y que se apoye en los resultados que genera “para tomar decisiones”.
En esta línea, advierten de que los resultados médicos que generan estas aplicaciones puede tener un impacto muy importante en la vida de las personas. “Aunque la fiabilidad pueda ser de un 95%, si se aplica a decenas o centenas de miles de personas, un 5% sigue siendo muchas personas afectadas”, señalan.
Por otro lado, sostienen que es necesario “promover obligacionesmínimasdetransparencia para aplicaciones de menor riesgo”. Por ejemplo, defienden que las personas “tienen derecho a saber cuándo están interactuando con un sistema de IA”. Finalmente, el estudio anima a promover la “formación y capacitación” de la sociedad, especialmente la más vulnerable, sobre el uso de estas herramientas.