Este jueves se ha celebrado la última jornada del III Foro de Comunicación Salud Digital, un evento organizado por el Grupo Mediforum que arrancó el 24 de noviembre y se ha extendido, durante tres días, de manera virtual a raíz de la pandemia de la COVID-19.
La cita, que cuenta con la colaboración de Novartis, Oximesa Nippon Gases, Quirónsalud y Janssen, ha contado con la conferencia magistral de Antonio López Farré, profesor de Medicina en la Universidad Complutense de Madrid (UCM), bajo el título '¿Hay un componente genético en la infección o evolución clínica de la Covid-19?'.
López Farré ha hecho referencia al aumento de la susceptibilidad por infección por la COVID-19 que desempeñan genes como ACE2 o TMPRSS2
Durante su intervención, el doctor en Ciencias Biológicas ha sostenido que la pandemia ha generado una serie de cuestiones, tales como si podrían existir genes o variantes genéticas involucradas en la resistencia o sensibilidad a la COVID-19, o si las respuestas podrían estar albergadas en el ADN.
Tal y como ha expresado el académico correspondiente de la Real Academia Nacional de Medicina de España (RANME), estas situaciones ya se han podido observar en otras patologías, como en el caso del VIH (la mutación del gen CCRS ofrece protección frente a la enfermedad) o en la infección por hepatitis C (donde desempeñan un papel trascendental los genes del antígeno leucocitario humano, conocido como HLA).
Con esta idea sobre la mesa, la comunidad científica empezó a plantear modelos in silico asociados a variantes genéticas para hallar una predisposición a la infección por la COVID-19. Se observó que la posición de distintos cromosomas podría tener un efecto débil a moderado en la sensibilidad de la infección. De estudió, asimismo, la existencia de comorbilidades y las interacciones entre genes y el entorno (epigenética) con especial énfasis sobre el hábito tabáquico.
Por citar algunos, López Farré hace referencia al aumento de la susceptibilidad por infección por la COVID-19 que desempeñan genes como ACE2 o TMPRSS2. En el caso de este último, los hombres podrían tener mayor expresión de TMPRSS2, aumentando la capacidad del SARS-CoV-2 para infectar las células humanas al promover la fusión con la membrana.
"Parece que, en algunos cohortes estudiados, los hombres tienen una mayor sensibilidad a ser infectados por la COVID-19, sobre todo a peor pronóstico que las mujeres", ha expresado el profesor de la UCM en el marco de su intervención.
"Parece que, en algunos cohortes estudiados, los hombres tienen una mayor sensibilidad a ser infectados por la COVID-19, sobre todo a peor pronóstico que las mujeres"
Otro de los aspectos relevantes es la relación entre etnia y COVID-19. En la presentación, Antonio López Farré referencia un informe en el que se destaca que, entre principios de febrero y finales de abril de 2020, las personas de color en Inglaterra tenían un 71% más de probabilidades que las personas blancas de fallecer por la enfermedad. Junto a ello, los asiáticos revelaban un 62% más de probabilidades.
Entre las conclusiones que extrae el especialista en Bioquímica y Biología molecular, destacan la alta probabilidad de que exista un componente genético que determine la sensibilidad a la infección por COVID-19; que el citado componente genético podría modular la sensibilidad a la infección en función de las comorbilidades (hipertensión, diabetes) o de tratamientos (hipotensores inhibidores de AngII) y que, sin embargo, existen escasos estudios sobre la implicación genética en la evolución de la enfermedad en pacientes COVID-19 positivos.