“Padece usted un cáncer cerebral llamado glioblastoma multiforme”. Las personas que reciben un diagnóstico de este tipo, saben que tienen una esperanza de vida de poco más de un mes. Si se someten a una operación, a radioterapia, y posteriormente a quimioterapia, este tiempo puede aumentar a más de un año, pero en pocas ocasiones (sólo un 10%) podrá sobrevivir más allá de dos años. Ahora, sin embargo, la tecnología y la química pueden llegar a iluminar, literalmente, el camino de estos pacientes hacia una mayor supervivencia.
El equipo de Miranda forma parte de un proyecto europeo, llamado Lumiblast, que ha logrado, por primera vez, generar luz en el interior de las células tumorales para, en unión con un medicamento sensible a la luz (conocidos como fotosensibilizadores), generar la destrucción de la célula sin que tenga que interferir ningún otro sistema tecnológico.
“La terapia fotodinámica usada hasta ahora consiste en inyectar al paciente un fármaco fotosensibilizador, que es capaz de absorber la luz, y que se distribuye selectivamente por el tumor. De esta forma al aplicarle una luz externa, ya sea mediante un láser o a veces incluso con luz solar, ese fármaco genera una reacción (una forma activa del oxgíeno) capaz de matar las células tumorales”, explica el experto.
PROPAGACIÓN DE LA LUZ
De esta forma, al paciente se le administra un compuesto pre-luminiscente que, al entrar en contacto con las mitocondrias de las células, genera luz. Y esa luz, al ser absorbida por el otro compuesto, el fotosensibilizador, genera la reacción capaz de acabar con el tumor. “Se trata de algo muy novedoso, que no se había hecho nunca”, indica el experto. Y es que, aunque la optogenética utiliza la luz para modificar comportamientos del cerebro, esta luz siempre procede del exterior, no del propio organismo como en este caso.
Además, entre las ventajas de esta terapia, se encuentra el hecho de que la reacción se genera en cada una de las células a nivel individual y no sobre el tumor en general, “lo que podría ayudar a eliminar por completo glioblastomas hasta ahora incurables”, añade Miranda.
El consorcio que prueba esta técnica está formado por cinco entidades, lideradas por la Universidad de Oslo de Noruega. La aportación española se centra precisamente en el estudio de los componentes que son capaces de generar la luz en las células. “Para poder estudiar esto utilizamos técnicas químicas muy sofisticadas, como láseres de pulso con tiempos mínimos y otras tecnologías para ver la reacción química de las células ante la luz”. Miranda recuerda que este proyecto europeo fue elegido en una convocatoria donde se presentaron más de 800 propuestas, y sólo 11 fueron seleccionadas, de ahí el calado de la investigación.
PROYECTO DE FUTURO
Sin embargo, la terapia fotodinámica con componentes pre-luminiscentes aún está en fase de investigación y, aunque el proyecto tenga financiación para cuatro años, se desconoce cuándo podrá ser una realidad para los pacientes, ya que los resultados exigen aproximaciones muy rigurosas, dada la toxicidad que podrían generar estas sustancias sobre el organismo de los pacientes.
No obstante, Miranda considera que, dada la alta mortalidad que presenta este tipo de cánceres, “cualquier avance que se haga en este sentido será positivo”, por lo que espera que, “si todo sale bien a nivel de investigaciones básicas hacia el final del proyecto, se puedan poner las bases para comenzar a probarlo en humanos”.
Al entrar en contacto con un fármaco fotosensibilizador la luz generada en la célula provoca una reacción que destruye el tejido tumoral
La solución, en apariencia, parece sencilla: matar al cáncer con luz. Pero luz, sin embargo, generada por el propio cuerpo humano, concretamente por las mitocondrias de las células del glioblastoma, uno de los cánceres cerebrales más malignos y mortales. “Se trata de aplicar una evolución de la llamada terapia fotodinámica, una terapia con luz que ya se usa para tratar varios cánceres, pero con escaso éxito hasta el momento en el cáncer cerebral”. Lo explica a SaluDigital Miguel Ángel Miranda, catedrático de la Universidad Politécnica de Valencia e investigador del Instituto de Tecnología Química (UPV-CSIC).“La terapia fotodinámica usada hasta ahora consiste en inyectar al paciente un fármaco fotosensibilizador, que es capaz de absorber la luz, y que se distribuye selectivamente por el tumor. De esta forma al aplicarle una luz externa, ya sea mediante un láser o a veces incluso con luz solar, ese fármaco genera una reacción (una forma activa del oxgíeno) capaz de matar las células tumorales”, explica el experto.
PROPAGACIÓN DE LA LUZ
Hasta ahora la terapia necesitaba una fuente de luz externa lo que, a menudo, requería operar el cráneo del paciente para acceder a la zona cancerígena
La innovación que presenta este proyecto, que utiliza tecnologías fotoquímicas y fotobiológicas de última generación, es que esta fuente de luz ahora no es necesario que llegue desde el exterior. “La terapia fotodinámica ha tenido poco éxito porque la propagación de la luz por los tejidos es muy limitada; además, estas terapias resultan muy invasivas porque, por lo general, requieren cirugía craneal debido a la necesidad de luz externa. La gracia de nuestro proyecto consiste en no iluminar, sino generar luz dentro de la propia célula”, añade Miranda.De esta forma, al paciente se le administra un compuesto pre-luminiscente que, al entrar en contacto con las mitocondrias de las células, genera luz. Y esa luz, al ser absorbida por el otro compuesto, el fotosensibilizador, genera la reacción capaz de acabar con el tumor. “Se trata de algo muy novedoso, que no se había hecho nunca”, indica el experto. Y es que, aunque la optogenética utiliza la luz para modificar comportamientos del cerebro, esta luz siempre procede del exterior, no del propio organismo como en este caso.
Además, entre las ventajas de esta terapia, se encuentra el hecho de que la reacción se genera en cada una de las células a nivel individual y no sobre el tumor en general, “lo que podría ayudar a eliminar por completo glioblastomas hasta ahora incurables”, añade Miranda.
El consorcio que prueba esta técnica está formado por cinco entidades, lideradas por la Universidad de Oslo de Noruega. La aportación española se centra precisamente en el estudio de los componentes que son capaces de generar la luz en las células. “Para poder estudiar esto utilizamos técnicas químicas muy sofisticadas, como láseres de pulso con tiempos mínimos y otras tecnologías para ver la reacción química de las células ante la luz”. Miranda recuerda que este proyecto europeo fue elegido en una convocatoria donde se presentaron más de 800 propuestas, y sólo 11 fueron seleccionadas, de ahí el calado de la investigación.
PROYECTO DE FUTURO
Para estudiar la reacción química de las células ante la luz, los investigadores utilizan tecnologías fotoquímicas de última generación
Los investigadores esperan que estos avances puedan servir, principalmente, para poder tratar a pacientes con estos tumores graves, accediendo de forma poco invasiva a zonas del cerebro donde a día de hoy resulta imposible acceder.Sin embargo, la terapia fotodinámica con componentes pre-luminiscentes aún está en fase de investigación y, aunque el proyecto tenga financiación para cuatro años, se desconoce cuándo podrá ser una realidad para los pacientes, ya que los resultados exigen aproximaciones muy rigurosas, dada la toxicidad que podrían generar estas sustancias sobre el organismo de los pacientes.
No obstante, Miranda considera que, dada la alta mortalidad que presenta este tipo de cánceres, “cualquier avance que se haga en este sentido será positivo”, por lo que espera que, “si todo sale bien a nivel de investigaciones básicas hacia el final del proyecto, se puedan poner las bases para comenzar a probarlo en humanos”.