Cada año en torno a 20 millones de personas en todo el mundo se contagian de hepatitis E, una infección que habitualmente se cura sin consecuencias, pero que puede poner en serio peligro la vida de las mujeres embarazadas o personas con un sistema inmunitario debilitado. Además, en algunos casos esta infección se vuelve crónica. Frente a la hepatitis E no hay medicamentos específicos eficaces, ya que el fármaco antivírico de amplio espectro Ribavirin también que se usa contra ella, no siempre funciona.
Investigadores de la Universidad del Ruhr en Bochumb han investigado cómo puede el virus eludir el sistema inmunitario, así como por qué la infección se cronifica y no se cura. Los responsables de la investigación para averiguarlo, analizaron por primera vez todas las poblaciones de virus de un paciente con infección crónica durante un periodo de más de un año. Esto les llevó a examinar en detalle más de 180 secuencias individuales de muestras de sangre.
Los estudios indicaron que la incorporación de ARN del huésped proporcionaba una ventaja de replicación
"El virus de la hepatitis E tiene una región denominada hipervariable en su información genética, en la que puede incorporar diversas secuencias de ARN de células huésped", explica Daniel Todt, catedrático de la Universidad del Ruhr. Él y su equipo pudieron demostrar que la composición de esta región cambió significativamente durante el periodo de observación.
Además, se produjeron muchas composiciones diferentes simultáneamente. En experimentos de cultivo celular, se demostró que la incorporación de ARN del huésped proporcionaba una ventaja de replicación: los virus alterados podían replicarse mejor que otros. "Suponemos que esto es en parte responsable de que la infección se cronifique y la terapia fracase", sostiene Todt.
"El ARN del huésped en el genoma viral podría servir como biomarcador en la fase aguda de una infección, indicando tempranamente que es probable que se convierta en crónica"
Los investigadores examinaron la composición del ARN huésped incorporado al virus para determinar si había algún rasgo común que caracterizara los segmentos génicos. "Sin embargo, no pudimos detectar ninguna similitud significativa", afirma Todt. Las secuencias génicas incorporadas son predominantemente las que son muy comunes en las células huésped, lo que indica una selección aleatoria..
"Posiblemente, durante la infección por hepatitis E se produce en el organismo una carrera entre el virus y el sistema inmunitario", especula Daniel Todt. Si el virus consigue incorporar el ARN del huésped antes de que el sistema inmunitario combata con éxito la infección, puede provocar un curso crónico. "El ARN del huésped en el genoma viral podría, en cualquier caso, servir como biomarcador en la fase aguda de una infección, indicando tempranamente que es probable que se convierta en crónica".
Los investigadores tienen previsto ampliar sus estudios a cohortes más amplias de pacientes.