El trastorno dismórfico corporal es una afección en la que una persona tiene una imagen distorsionada de su cuerpo. Se siente insatisfecha con su aspecto físico, puede sentir vergüenza o ansiedad por su cuerpo y, en el caso de quienes padecen obesidad, cree que pesa más de lo que realmente pesa.
Investigadores de la Universidad Médica Internacional Unicamillus de Roma (Italia) han descubierto que muchas personas que padecen obesidad ocultan su cuerpo en sus fotos de perfil de WhatsApp. “Las fotos de mascotas, familiares, paisajes, flores y personajes de dibujos animados pueden indicar que la persona padece un trastorno dismórfico corporal”, afirma la Dra. Antonella Franceschelli. Los resultados de la investigación han sido presentados durante el Congreso Europeo sobre Obesidad (ECO), que se ha celebrado en Venecia (Italia) del 12 al 15 de mayo.
Esta preocupación excesiva por el aspecto físico puede verse exacerbada por las redes sociales, donde a menudo se comparten estándares de belleza y forma física poco realistas. “Las personas con trastorno dismórfico corporal pueden ser especialmente sensibles a estas influencias, comparándose constantemente con imágenes idealizadas y sintiéndose inadecuadas en comparación”, apunta la Dra. Franceschelli.
“Las fotos de mascotas, familiares, paisajes, flores y personajes de dibujos animados pueden indicar que la persona padece un trastorno dismórfico corporal”
Para explorar la relación entre obesidad y dismorfia corporal, la Dra. Franceschelli y sus compañeros investigadores realizaron un estudio cualitativo de imágenes de perfil de WhatsApp de personas con obesidad.
En el estudio participaron 59 pacientes (49 mujeres, 10 hombres, edad media de 53 años, IMC medio de 32 kg/m2), cada uno de los cuales envió una foto de perfil de WhatsApp. A continuación, se examinó el contenido de las imágenes para detectar la presencia de conductas dismórficas corporales, por ejemplo, la elección de mostrar la cara pero no el cuerpo o la elección de una imagen de algo completamente distinto.
El análisis arrojó pruebas claras de dismorfia corporal: el 90% de los hombres y el 86% de las mujeres utilizaban fotos de perfil que no representaban su realidad física. Algunos utilizaban imágenes de mascotas, familiares, paisajes, personajes de dibujos animados u objetos como flores. Otros utilizaban fotos de cabecera en las que casi se les tapaba la cara y no se les veía el cuerpo, fotos antiguas o editadas para parecer más delgados.
“Las fotos pueden representar un deseo de ser vistos y aceptados por lo que son, en lugar de por su aspecto”
“Es posible que hayan elegido este tipo de fotos para tener cierto control sobre la imagen que presentan a los demás y evitar exponerse a críticas sobre su cuerpo”, afirmó la Dra. Franceschelli. “Las fotos también pueden representar un deseo de ser vistos y aceptados por lo que son, en lugar de por su aspecto, así como proporcionar una fuente de comodidad durante el uso de las redes sociales”, añade.
La investigación determinó que la probabilidad de utilizar una foto de perfil que no representara la realidad física aumentaba con el grado o la gravedad de la obesidad. El estudio no incluyó un grupo de control, por lo que los investigadores no pudieron analizar cómo se comparaban las imágenes con las utilizadas por individuos de peso normal, por ejemplo. Sin embargo, la conclusión de que las personas con un mayor grado de obesidad eran más propensas a utilizar imágenes que no representaban su realidad física sugiere claramente que la obesidad afectaba a la elección de la foto de perfil, según los investigadores. Pero al tratarse de un estudio cualitativo, no hay datos sobre la fuerza de las asociaciones.
La Dra. Franceschelli señaló que este estudio sugiere que “algo tan simple como una foto de perfil de WhatsApp podría dar a los médicos una valiosa información sobre si alguien que vive con obesidad tiene dismorfia corporal”. Indica que “es crucial identificar la dismorfia corporal cuando se trata la obesidad. Una vez identificada, los pacientes pueden recibir tratamientos psicológicos, como la terapia cognitivo-conductual, junto con tratamientos médicos como la terapia farmacológica y los programas nutricionales”, puntualiza.
“Este tipo de enfoque holístico del tratamiento de la obesidad aumenta las posibilidades de perder peso y mejora el bienestar general de los pacientes”, concluye.