Las placas de proteína amiloide, particularmente las hechas de beta-amiloide 42, son un sospechoso principal en el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer. Los oligómeros solubles, en este caso moléculas con algunas unidades peptídicas repetitivas, pueden llegar a ser la principal causa. Se sabe que son tóxicos para las neuronas y algunos estudios recientes han llevado a los investigadores a centrar más su atención en ellas.
Para comprender mejor las causas de la enfermedad de Alzheimer, los investigadores necesitan una forma de rastrear los oligómeros en el laboratorio, pero los tintes de tioflavina T que usan los técnicos de laboratorio para marcar las fibrillas amiloides no funcionan bien con los oligómeros.
Con el objetivo de superar esta grave limitación, los químicos de la Universidad de Rice han sintetizado etiquetas fluorescentes a base de rutenio que se unen a los péptidos beta amiloides oligoméricos durante su formación.
Serán una herramienta importante para comprender mejor el Alzheimer y encontrar una cura
El marcado permite a los científicos seguir el crecimiento y el movimiento de los agregados, y con suerte conducirá a una mejor comprensión del desarrollo de la enfermedad de Alzheimer.
"Hay una opinión en el campo de que los oligómeros solubles son la causa principal de la degeneración neuronal, porque estos oligómeros son tóxicos para las neuronas", ha explicado Angel Martí, profesor de Rice y el investigador principal del estudio que aparece en el Journal of the American Chemical Society. "Estos oligómeros están definitivamente asociados con la patología del Alzheimer, por lo que se han necesitado herramientas para ayudarnos a estudiarlos".
Las nuevas etiquetas moleculares dependen de la anisotropía de fluorescencia, un fenómeno que produce fluorescencia polarizada, lo que hace que las moléculas se vean más brillantes desde algunos ángulos que otros. En una solución, las moléculas se mueven libremente y giran. Cuánto más pequeña es la molécula, más rápido puede girar, pero cuando se une a una molécula más grande, la rotación observada se vuelve significativamente más lenta.
Cuando las etiquetas basadas en rutenio se unen a los oligómeros, el centelleo causado por su polarización se ralentiza, lo que apunta a la presencia de los oligómeros objetivo.
Sin embargo, las nuevas etiquetas no responderán todas las preguntas, ya que no se pueden usar dentro del cerebro debido a la alta dispersión de la luz causada por el tejido cerebral, especialmente la luz polarizada.
Sin embargo, en estudios de laboratorio, los investigadores de Rice ya han demostrado que los oligómeros se forman extremadamente bien a la temperatura corporal y que son altamente tóxicos para las células de neuroblastoma, mientras que las fibrillas amiloides y los monómeros no parecen causar tanto daño.
Ciertamente, las nuevas etiquetas serán una herramienta importante para comprender mejor el Alzheimer y encontrar una cura para esta misteriosa enfermedad.