La necesidad de crear una cultura de seguridad para el paciente y de brindar calidad en la atención, han favorecido el desarrollo acelerado de la simulación en la educación médica. Y es que, cada vez existen más datos que confirman los beneficios de practicar con simuladores los procedimientos médicos antes de intervenir al paciente real.
“Con estas intervenciones se fomenta la seguridad y se disminuye la posibilidad de errores o complicaciones en las actuaciones médicas”, explican desde Biotme, una marca de Step Innovation S.L, start-tup extremeña que desarrolla y fabrica este tipo de material.
Biotme: “Con estas intervenciones se fomenta la seguridad y se disminuye la posibilidad de errores o complicaciones en las actuaciones médicas”
En concreto, este entrenamiento consiste en sustituir la realidad por un escenario simulado en el que estudiantes de medicina y profesionales médicos pueden entrenar para adquirir todas las destrezas necesarias para atender a sus pacientes con más garantías de éxito.
Las aplicaciones de la simulación son múltiples, desde simuladores para procedimientos traumatológicos, endovasculares, estéticos e incluso de punción biopsia mamaria. Además, cuentan con un potencial ilimitado, “gracias a la ecorrefringencia obtenida y a las excelentes respuestas radiográficas y tomográficas del material, se consiguen simular correctamente los tejidos humanos”, puntualizan desde Biotme.
En definitiva, la simulación proporciona a los profesionales de la salud la oportunidad de conocer nuevos avances médicos y favorece la exploración de diversas áreas con deficiencia en competencias. Todo esto supone un avance significativo en el sector sanitario y en la investigación nacional. Sin duda, una prueba más de los beneficios aportados por la tecnología y la innovación para nuestra sociedad.