Un nuevo estudio identifica firmas de ADN asociadas con el riesgo de enfermedad cardiovascular, un descubrimiento que podría generar oportunidades para la intervención clínica años antes de que se manifiesten los síntomas. Basado en análisis de datos de cinco grandes estudios de cohortes de corazón de diversas poblaciones, los hallazgos se publican en la revista JAMA Cardiology.
"La ciencia está avanzando rápidamente en el área de la epigenética: modificaciones en nuestro ADN que a menudo son impulsadas por el medio ambiente y tienen el potencial de servir como una señal de alerta temprana de enfermedades", explica Ana Navas-Acien, primera autora del estudio y profesora de Ciencias de la Salud Ambiental en la Escuela de Salud Pública Mailman de la Universidad de Columbia. "En este estudio, aprovechamos los mejores datos clínicos del país sobre enfermedades cardíacas de diversas poblaciones para comenzar a desbloquear los cambios epigenéticos específicos involucrados en la compleja biología que conduce a la enfermedad. En última instancia, esperamos que la investigación nos permita identificar y prevenir enfermedades antes de que ocurra el peor daño, aunque aún faltan años para desarrollar las pruebas de metilación del ADN adecuadas".
"El uso de métodos estadísticos de alta dimensión nos permitió estudiar la metilación en cientos de miles de ubicaciones específicas en el ADN al mismo tiempo"
Los investigadores comenzaron su análisis con datos del Strong Heart Study, el estudio más grande de enfermedades cardiovasculares en indios americanos, realizado en asociación con comunidades en las Grandes Llanuras y el suroeste desde 1988. Analizaron muestras de sangre para identificar ubicaciones específicas en el ADN donde la metilación la actividad se asoció con incidentes de enfermedad coronaria, incluidos ataques cardíacos y muertes coronarias (la metilación puede cambiar la actividad de un segmento de ADN sin cambiar la secuencia genética).
"El uso de métodos estadísticos de alta dimensión nos permitió estudiar la metilación en cientos de miles de ubicaciones específicas en el ADN al mismo tiempo", apunta Arce Domingo-Relloso, científico de datos y coautor del estudio que lidera los análisis estadísticos para este proyecto. .
Acto seguido, los investigadores adoptaron el mismo enfoque con otras cuatro cohortes importantes de enfermedades cardíacas: riesgo de aterosclerosis en las comunidades (dividido en cohortes en blanco y negro debido a las diferencias en el tiempo y los métodos de laboratorio), el estudio del corazón de Framingham y la iniciativa de salud de la mujer. En total, examinaron más de 400.000 ubicaciones de ADN y 1.894 eventos de enfermedad coronaria.
En el análisis inicial de los datos de Strong Heart, identificaron 506 marcas epigenéticas relacionadas con el riesgo cardiovascular. De estos, 33 también se relacionaron con el riesgo cardiovascular en tres o más de las otras cohortes, aunque algunos de estos sitios se asociaron con un mayor riesgo de enfermedad en una cohorte, pero con un menor riesgo de enfermedad en otras cohortes. Entre los 33 sitios de metilación se encuentran los que anteriormente estaban vinculados al riesgo cardiovascular y el tabaquismo, así como sitios novedosos que, según los investigadores, merecen una investigación futura. Un análisis más detallado de las similitudes entre las 33 marcas encontró que muchas de ellas están conectadas con el gen EGFR, que está involucrado en el crecimiento celular y la supervivencia celular.
"La superposición de estos sitios de metilación en diversas cohortes respalda la idea de vías biológicas interconectadas para el riesgo cardiovascular", dice Yuling Hong, jefe de la rama de epidemiología dentro de la División de Ciencias Cardiovasculares del National Heart Lung and Blood Institute. "Cuanto más comprendamos sobre el riesgo temprano de enfermedad cardiovascular, mejor podremos prevenir la enfermedad, especialmente en poblaciones como los indígenas estadounidenses con un riesgo relativamente alto de enfermedad cardíaca", sentencian.