La Sociedad Española de Radiología Médica (SERAM) ha presentado la “Guía para la renovación y actualización tecnológica en radiología”, en la que se analiza la situación actual del parque de tecnologías de diagnóstico por imagen en los hospitales públicos españoles y se recogen una serie de recomendaciones para orientar a las organizaciones sanitarias sobre cómo y cuándo actualizar o reemplazar equipos como las resonancias magnéticas, los TC, los ecógrafos o los equipos de rayos X de una manera planificada, de forma que quede garantizada la calidad de la atención al paciente.
La Guía, elaborada con la colaboración de la Fundación Signo, recoge los resultados de una encuesta realizada entre los jefes de servicio de Radiología de los hospitales públicos españoles con más de 250 camas. Una de las principales conclusiones es que entre el 32% y el 59% de los equipos de diagnóstico por imagen tienen más de diez años, mientras que los principales estándares internacionales cifran el ciclo de vida útil de estos equipos en entre 7 y 10 años, y recomiendan sustituirlos o actualizarlos transcurrido este plazo.
Este alto nivel de obsolescencia se debe entre otros factores a que “la coyuntura económica de los últimos años ha provocado en España una importante disminución de la inversión en renovación de los equipos de diagnóstico por imagen”
En concreto, el informe destaca que el 59% de los equipos de rayos X tienen más de una década, lo que, en opinión del doctor Miguel Ángel Trapero, responsable estratégico de la SERAM, “es especialmente preocupante, ya que estos equipos antiguos están basados en tecnología analógica para la obtención de la imagen, lo que limita mucho la implementación y utilización de las nuevas tecnologías de gestión y distribución de imágenes”.
Cifras similares se dan en los equipos de resonancia magnética y los equipos de angiografía, la mitad de los cuales (el 49 y el 48 % respectivamente) tienen más de diez años. Por su parte, uno de cada tres equipos de tomografía computarizada (TC) tiene más de diez años (el 32 %). Este alto nivel de obsolescencia se debe entre otros factores a que “la coyuntura económica de los últimos años ha provocado en España una importante disminución de la inversión en renovación de los equipos de diagnóstico por imagen”.
La encuesta ha demostrado también que existe un importante grado de insatisfacción entre los responsables de los servicios de radiología con los procesos de renovación de equipos (3,6 sobre 10). Tal como destaca Ignacio López, de la Fundación Signo, “solo un 8 % de los hospitales encuestados afirma disponer de un proceso estructurado para la planificación de la renovación de su tecnología de diagnóstico por imagen y los pocos que lo tienen corresponden a modelos de gestión tipo Fundación, o disponen de una fórmula contractual de renovación de equipos plurianual mediante un acuerdo público privado. Desafortunadamente, los presupuestos de inversión en tecnología suelen ser anuales. La falta de planificación plurianual, con asignación presupuestaria, es una de las principales causas de la obsolescencia acumulada”.