Un grupo de ingenieros del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés) ha desarrollado un nuevo método que permite eliminar el plomo y otros metales contaminantes del agua. Sobre esta tecnología sus creadores destacan que es mucho más eficiente en términos energéticos que cualquier otro sistema de los que se emplean actualmente.
El novedoso método utiliza un proceso llamado electrodiálisis de choque. Su uso se fundamenta en un campo eléctrico capaz de producir una onda de choque dentro de un material poroso cargado eléctricamente que transporta el agua contaminada. La onda de choque se propaga de un lado al otro a medida que aumenta el voltaje, dejando atrás una zona donde los iones metálicos se agotan y se separa en dos corrientes: una limpia y otra con los restos. El proceso ofrece como resultado una reducción del 95% del plomo en la corriente limpia saliente.
En cuanto a sus aplicaciones indican que este sistema podría emplearse para tratar suministros de agua contaminados con plomo a nivel doméstico, o para tratar agua que ha sido contaminada como resultado de algunos procesos químicos o industriales.
Este nuevo sistema es el resultado de una serie de aplicaciones basadas en los hallazgos iniciales hace seis años por este equipo de investigadores, que desarrollaban inicialmente un método para la desalinización del agua del mar. Finalmente fue adaptado para eliminar compuestos radiactivos del agua de refrigeración de las centrales nucleares. La nueva versión es el primer mecanismo de este tipo que podría aplicarse para el tratamiento de suministros de agua tanto domésticos como industriales.
Uno de los principales problemas que plantea la eliminación del plomo es que suele estar presente en el agua en concentraciones muy pequeñas, superadas ampliamente por otros elementos o compuestos
Los creadores de este sistema ponen de relieve que la eliminación de los metales pesados tóxicos en el agua es una tarea muy complicada. Cierto es que contamos con métodos y sistemas que permiten sus eliminación, pero la novedad del que nos ocupa reside en que puede cumplir con este objetivo de una forma no solo menos costosa en términos económicos, sino de una forma más fiable.
Uno de los principales problemas que plantea la eliminación del plomo es que suele estar presente en el agua en concentraciones muy pequeñas, superadas ampliamente por otros elementos o compuestos. Por ejemplo, el sodio, suele estar presente en el agua potable en una concentración de decenas de parte de millón, mientras que el plomo, que puede llegar a ser altamente tóxico, puede aparecer en solo unas pocas partes por billón.
La mayoría de los procesos existentes como la ósmosis inversa o la destilación eliminan todo a la vez. Un proceso que no solo requiere mucha más energía de la que implicaría una eliminación selectiva, sino que es contraproducente ya que las pequeñas cantidades de elementos como el sodio o el magnesio son esenciales para que el agua potable sea saludable.
El proceso empleado por el novedoso sistema emplea la energía eléctrica para cumplir con el objetivo de eliminar el plomo y no otras sustancias como el sodio, lo que reduce el consumo y el gasto ya que no se está desperdiciando energía. Debido a que el plomo está presente en concentraciones muy bajas no hay mucha corriente involucrada en la eliminación de esos iones por lo que resulta muy rentable.
Cabe señalar que el proceso todavía tiene sus limitaciones ya que solo se ha demostrado a pequeña escala en laboratorio y con caudales bastante lentos. Ampliar el proceso para que sea práctico en el uso doméstico requerirá más investigación. Su aplicación en entornos industriales llevará todavía más tiempo.
El mecanismo podría adaptarse para algunos usos industriales como la limpieza del agua producida en operaciones como la minería o la perforación. De esta forma el agua tratada podría reutilizarse de forma segura. En algunos casos podría proporcionar una forma de recuperar metales que contaminan el agua, pero que en realidad podrían ser un producto valioso si se separan como es el caso de algunos minerales que podrían usarse para procesar semiconductores o productos farmacéuticos o de alta tecnología.