Las hernias discales se presentan como una de las patologías más frecuentes entre la población en la columna cervical. Estas pueden provocar dolores intensos en la nuca que pueden extenderse y producir fuertes dolores de cabeza. Se estima que entre el 30 y el 40% de la población sana tendrá a lo largo de su vida un diagnóstico de hernia discal.
La hernia en la columna ocurre cuando uno de los discos blandos que se encuentra entre las vértebras se divide o se abre y el interior blando se abre paso. Esto significa que los discos pierden su tensión y no pueden amortiguar la columna como de costumbre, provocando dolor. Por ejemplificarlo de una manera sencilla, es como si un neumático se hubiera desinflado y el automóvil se desplazara sobre su llanta.
Recientemente, investigadores de la Facultad de Medicina Perelman de la Universidad de Pensilvania y el Centro Médico CMC VA (CMCVAMC ) han desrrollado un nuevo “parche” biológico que se activa con el movimiento natural de una persona y que podría ser la clave para reparar las hernias de disco en la espalda. Este parche reparador activado por tensión ha sido utilizado en ensayos con animales para tapar los agujeros de los discos de la columna como parches de neumáticos de coche pudiendo prevenir una mayor progresión de la enfermedad.
La investigación preclínica, detallada en un artículo publicado en la revista biomédica Science Translational Medicine, detalla que estos parches, llamados “parches de reparación activados por tensión” (TARP, por sus siglas en inglés) proporcionan una liberación controlada de una molécula antiinflamatoria denominada anakinra a partir de microcápsulas a lo largo del tiempo. Esto permitió que los discos, en un modelo animal grande, recuperaran la tensión que necesitan para revertir la hernia y prevenir una mayor degeneración.
“El parche que hemos desarrollado es como un tapón de pegamento"
Hasta el momento no existe ningún tratamiento no invasivo curativo de la hernia de disco y por eso este trabajo supone un motivo de reconocimiento. El coautor principal Robert Mauck, profesor de Cirugía Ortopédica y director del Laboratorio McKay para la Investigación de Cirugía Ortopédica en Penn y científico de carrera investigador y compañero, manifestó que “el parche que hemos desarrollado es como un tapón de pegamento, por lo que en realidad estás uniendo el parche. Y dado que el movimiento biomecánico activa el parche y hace que se selle con más fuerza, es como si el parche de tu neumático se hiciera más fuerte cuanto más kilómetros lo recorres”.
Este parche ha sido creado con el objetivo de permitir que la tensión se acumule nuevamente y así se puedan amortiguar las vértebras, algo que hasta el momento había sido particularmente difícil de lograr.
"Nos propusimos recuperar la integridad mecánica del disco y al mismo tiempo atenuar la inflamación para evitar un mayor daño tisular y conservar la mayor función tisular posible"
"El disco es un tejido muy complejo, que se diferencia del músculo y la piel en que no puede curar su propia estructura y, de hecho, continúa degenerando con el tiempo una vez que su estructura se ve comprometida", dijo Ana Peredo, quien completó esta investigación durante sus estudios de doctorado en Bioingeniería en la Escuela de Ingeniería y Ciencias Aplicadas de Penn. "Nos propusimos recuperar la integridad mecánica del disco y al mismo tiempo atenuar la inflamación para evitar un mayor daño tisular y conservar la mayor función tisular posible".
La clave de este tratamiento es hacer que la mecánica natural del cuerpo funcione para activar la liberación de moléculas antiinflamatorias de las microcápsulas dentro del parche. Al provocar el parche una apariencia sin síntomas de haber existido algún agujero, su aplicación podría tener efectos significativos y positivos en la prevención del empeoramiento del dolor relacionado con la degeneración del disco.
Este nuevo tratamiento prospectivo se ha basado en muchos años de investigación en el Laboratorio McKay y en Penn, en el Laboratorio de Investigación Musculoesquelética Traslacional del CMCVAMC y en el Instituto de Traducción Médica del New Bolton Center. Además tiene aplicaciones humanas y potencialmente veterinarias, y lo que en principio iba a ser una “prueba de principio” se ha convertido en una nueva vía, que requerirá ensayos más largos, pero que podría causar avances prometedores.