La Confederación Española de Asociaciones de Atención a las Personas con Parálisis Cerebral (Aspace) estima que una de cada 500 personas tiene parálisis cerebral en nuestro país, o lo que es lo mismo, unos 120.000 ciudadanos conviven en España con este trastorno permanente. Llegados a este punto, hay que subrayar que en ningún caso la parálisis cerebral es una enfermedad, debido a que este trastorno no requiere tratamiento alguno, ni farmacológico ni terapéutico. No obstante, los síntomas de esta discapacidad sí que pueden ser abordados, en esencia, desde cuatro áreas fundamentales: fisioterapia, logopedia, apoyos educativos y terapia ocupacional.
En España, una de cada 500 personas tiene parálisis cerebral, es decir, unos 120.000 ciudadanos conviven con este trastorno
Ante esta situación, un equipo de científicos de la Universidad del Norte de Arizona (Estados Unidos) ha aunado esfuerzos y ha desarrollado un exoesqueleto que permite mejorar la calidad de vida de los más pequeños. En concreto, el mecanismo favorece la extensión de la pantorrilla (gemelos y sóleo) y ayuda a los niños con parálisis cerebral a superar el trastorno conocido como marcha agachada, una dificultad caracterizada por una flexión excesiva de la rodilla a la hora de caminar.
El estudio sobre este nuevo y sofisticado dispositivo ha sido publicado en la revista científica Science Translational Medicine. En las pruebas efectuadas por los investigadores, con un total de siete jóvenes y una edad comprendida entre los 5 y los 19 años, los voluntarios han sido capaces de andar sin el uso de mecanismos que favorezcan la movilidad y sin la ayuda de terapeutas. Tal es el éxito del equipo de Universidad del Norte de Arizona que seis de los pacientes han conseguido andar desde el primer día que testaron la órtesis.
"Añadir más días de entrenamiento aumentaría los beneficios terapéuticos como consecuencia del uso del exoesqueleto"
Al término de la sexta sesión de entrenamiento de los pequeños, los expertos afirman que el exoesqueleto ha mejorado la postura de todos los participantes. En este sentido y en el caso de seis de los voluntarios, los resultados han sido iguales o superiores que los obtenidos en intervenciones quirúrgicas invasivas. "Añadir más días de entrenamiento aumentaría, con cierta seguridad, los beneficios terapéuticos como consecuencia del uso del exoesqueleto", explican los autores del trabajo.
Así mismo, los expertos inciden en que este trabajo ha aportado una evidencia más sobre la efectividad de este tipo de dispositivos en la mejora de la motricidad de las personas discapacitadas. Investigaciones anteriores habían posibilitado el diseño de mecanismos que reducen el coste metabólico al caminar o que combaten la atrofia muscular espinal en niños.