Salvador Dalí murió el 23 de enero de 1989. A los 28 años y medio de su fallecimiento, el cuerpo se mantiene en un estado casi intacto, y su característico bigote preserva “su clásica postura de las 10 y 10”. Lluís Peñuelas, secretario general de la Fundación Gala-Salvador Dalí es uno de los miembros de la pequeña comitiva presente en la exhumación del cadáver del universal artista. En el museo dedicado al pintor en su localidad natal, Figueres, la noche de este jueves, la expectación ha sido casi tan monumental como las medidas de asepsia y protección que han acompañado a la pequeña comitiva encargada de extraer las muestras de ADN del pintor surrealista por excelencia. La sustracción de los restos biológicos de Dalí con el fin de cotejar si Pilar Abel, una mujer que asegura ser su hija, es un procedimiento no demasiado complicado ni costoso, y sí bastante habitual. Mover la lápida de tonelada y media que cubre el ataúd donde está enterrado el artista, ya es otra historia.
Los protocolos, en este sentido, son sencillos y en los laboratorios especializados suelen hacerse cada día. Complica un poco el procedimiento, como ha ocurrido en la exhumación del artista, que el cuerpo del fallecido esté embalsamado. “Los componentes que se utilizan cuando momifican a alguien son intrusivos en el sentido de que se meten en la célula. Entonces, sí que se estropea la muestra, porque destruye todo el material”, desarrolla la experta. “Se han ido a buscar los restos que potencialmente van a tener el ADN mejor conservado, las que tienen menos penetrado el producto”.
El resultado, eso sí, es absolutamente fiable, aunque en vez de las elegidas se hubieran seleccionado otras muestras más afectadas por el paso del tiempo. “El tema del porcentaje de fiabilidad es en general un tema que se utiliza mucho en prensa de forma confusa”, apunta Amaya Gorostiza. Que elijan una muestra u otra, “realmente lo que puede hacer es que el ADN esté degradado, esté en mal estado, y no puedan ver el perfil genético entero. Pero sí que verían algunos marcadores”. Esos marcadores, indica, en el caso de que esta mujer sea hija de Dalí, “igualmente van a ser compatibles. No puede llevar a error el hecho de que la muestra elegida sea de un tipo o de otro, simplemente puede hacer que no sea tan concluyente el resultado. Es decir, cabría alguna duda de que fuera concluyente pero no por haber elegido unas muestras distintas el resultado sería incorrecto”.
Lo que sí resulta más complicado es el proceso previo, sobre todo en casos como el de Dalí, que lleva una década de litigio. Por eso, la investigadora cree que “si no hubiera unas bases legales verdaderamente con entidad, la juez no hubiese aceptado jamás la demanda”. Es lo que pasa habitualmente, de hecho. “En un lío así no se mete nadie con la cantidad de dinero que, en caso de que la prueba sea negativa, le va a costar. Solamente las costas de la exhumación van a ser muy elevadas”.
Sobre las 00.30 horas del viernes, los trabajos de exhumación han finalizado y las muestras extraídas se analizarán en Madrid para compararlas con las de Pilar Abel. Aún no se sabe exactamente cuando se revelarán los resultados de las pruebas, aunque los científicos apuntan que al menos habrá que esperar hasta finales de agosto o principios de septiembre. Una vez concluyan los trabajos de laboratorio, el hueso y el diente extraídos serán devueltos a Figueres para preservar intacto el cuerpo del difunto.
"Para extraer el ADN, se han utilizado huesos largos, o dientes, como es habitual"
“Para extraer el ADN, se han utilizado huesos largos, o dientes, como es habitual”, explica a ConSalud.es Amaya Gorostiza, gerente del Área Genética Forense en Genomica y colaboradora del Instituto de Ciencias Forenses y Seguridad de la Universidad Autónoma de Madrid. En el caso de las muestras óseas, la razón deque se escojan las de mayor tamaño es que “son distintas al resto de los huesos y esas diferencias sirven para que, potencialmente, puedan estar mejor conservados”, señala. Por otra parte, los dientes “son otra muestra muy buena porque son cápsulas cerradas y el tema de conservación es estupendo. Evitan la contaminación y suelen tener un ADN de muy buena calidad”. Los protocolos, en este sentido, son sencillos y en los laboratorios especializados suelen hacerse cada día. Complica un poco el procedimiento, como ha ocurrido en la exhumación del artista, que el cuerpo del fallecido esté embalsamado. “Los componentes que se utilizan cuando momifican a alguien son intrusivos en el sentido de que se meten en la célula. Entonces, sí que se estropea la muestra, porque destruye todo el material”, desarrolla la experta. “Se han ido a buscar los restos que potencialmente van a tener el ADN mejor conservado, las que tienen menos penetrado el producto”.
El resultado, eso sí, es absolutamente fiable, aunque en vez de las elegidas se hubieran seleccionado otras muestras más afectadas por el paso del tiempo. “El tema del porcentaje de fiabilidad es en general un tema que se utiliza mucho en prensa de forma confusa”, apunta Amaya Gorostiza. Que elijan una muestra u otra, “realmente lo que puede hacer es que el ADN esté degradado, esté en mal estado, y no puedan ver el perfil genético entero. Pero sí que verían algunos marcadores”. Esos marcadores, indica, en el caso de que esta mujer sea hija de Dalí, “igualmente van a ser compatibles. No puede llevar a error el hecho de que la muestra elegida sea de un tipo o de otro, simplemente puede hacer que no sea tan concluyente el resultado. Es decir, cabría alguna duda de que fuera concluyente pero no por haber elegido unas muestras distintas el resultado sería incorrecto”.
Lo que sí resulta más complicado es el proceso previo, sobre todo en casos como el de Dalí, que lleva una década de litigio. Por eso, la investigadora cree que “si no hubiera unas bases legales verdaderamente con entidad, la juez no hubiese aceptado jamás la demanda”. Es lo que pasa habitualmente, de hecho. “En un lío así no se mete nadie con la cantidad de dinero que, en caso de que la prueba sea negativa, le va a costar. Solamente las costas de la exhumación van a ser muy elevadas”.
"Las pruebas suelen tardar un mes y costar aproximadamente en torno a los 700 euros"
Aunque por lo general no es un proceso demasiado costoso. “Habitualmente las pruebas, dependiendo del tipo de restos de los que dispongas, suelen tardar un mes y aproximadamente costar en torno a los 700 euros”. Por eso, las solicitudes para extraer ADN de cadáveres son bastante frecuentes. “Solamente en junio, yo he hecho cuatro”, apunta Gorostiza. Además de los habituales temas de herencias, de reconocimiento de paternidad o cambios en la gestión de los cementerios, hay un nuevo colectivo que las demanda: personas que buscan a familiares asesinados en la Guerra Civil y enterradas en fosas comunes. Durante unos años hubo un repunte, que ahora ha bajado “porque el Estado ya no da dinero para Memoria Histórica. No obstante, se sigue haciendo gracias a la labor de las asociaciones y de las propias familias, que se hacen cargo de los gastos”. Sobre las 00.30 horas del viernes, los trabajos de exhumación han finalizado y las muestras extraídas se analizarán en Madrid para compararlas con las de Pilar Abel. Aún no se sabe exactamente cuando se revelarán los resultados de las pruebas, aunque los científicos apuntan que al menos habrá que esperar hasta finales de agosto o principios de septiembre. Una vez concluyan los trabajos de laboratorio, el hueso y el diente extraídos serán devueltos a Figueres para preservar intacto el cuerpo del difunto.