La flexibilidad y resistencia del dispositivo permite evitar la aparición de úlceras por presión, al tiempo que reduce el período de rehabilitación de las lesiones
“El paciente es escaneado en 3D en cuestión de minutos, adaptando el diseño a sus necesidades y personalizando la pieza a su gusto tanto en la forma como en el color, para finalmente proceder a su impresión con un material termoplástico elastómero”, señala a SaluDigital Natalia Martín, quien insiste en que la personalización es la principal ventaja que aporta el dispositivo.Latigazos cervicales, lesiones surgidas tras un accidente de tráfico o personas con problemas de cuello que necesiten largos períodos de rehabilitación o que necesiten algún sistema de fijación craneal o cervical, podrían tratarse así con este collarín, más flexible y resistente que los convencionales gracias a la elasticidad de sus materiales.
Además, el tratamiento reduciría y evitaría problemas habituales por apoyos y roces continuados, como las úlceras por presión, que generan las órtesis estándar que no se adaptan perfectamente a cada persona. Por otro lado, el hecho de que su diseño cuente con numerosos orificios, hacen al dispositivo más transpirable, permitiendo al médico realizar inspecciones en la zona del cuello dañada.
Pero más allá de estas ventajas el proyecto, que ha sido seleccionado para entrar a formar parte del programa Santander Yuzz 2017, un prestigioso concurso de emprendedores españoles, pretende dar un paso más. “Nuestra idea es instalarle electroestimuladores al dispositivo, para que se puedan aplicar impulsos eléctricos a la zona dañada. Para eso estamos barajando utilizar otros materiales como el grafeno,” señala Martín.
CONECTIVIDAD MÓVIL
“Nuestra idea es instalarle electroestimuladores, para que se puedan aplicar impulsos eléctricos a la zona dañada. Para eso estamos barajando utilizar materiales como el grafeno”
Gracias a estos componentes eléctricos, el sistema permitiría reducir el dolor y los tiempos de inmovilización y rehabilitación. Con ello, además, se vitaría la atrofia muscular y los problemas óseos quecausan los collarines actualmente, debido a que el cuello pasa demasiado tiempo inmovilizado. “Esto está haciendo que los médicos desaconsejen el uso de estas órtesis durante mucho tiempo, porque las desventajas pueden llegar a ser mayores que les ventajas de usarlo”.Aunque el sistema aún está en fase de prototipo, la idea final de su desarrolladora, que trabaja con una compañera en la implantación de su modelo de negocio, es lograr que la tecnología pueda conectarse con un smartphone, de forma que el médico pueda programar un tratamiento de rehabilitación y el paciente, desde su móvil, pueda activar la electroestimulación de forma autónoma.
RELACIÓN CON LOS PROFESIONALES SANITARIOS
El escaneo mediante fotogrametría reduciría a apenas un día el proceso de fabricación del collarín impreso en 3D
Para el desarrollo de este tipo de tecnologías, Martín tiene claro que la relación de los ingenieros con los profesionales sanitarios es fundamental. De hecho, la idea de la órtesis surgió a raíz de los consejos de su padre. “Mi padre es enfermero, y me dijo que era uno de los aspectos que más echaba en falta, puesto que los collarines ahora no son personalizados, y eso genera problemas en los pacientes”.Mientras buscan una salida comercial a la tecnología, que la futura ingeniera pretende llevar tanto a grandes hospitales como a centros médicos más pequeños (consultorios o ambulatorios), Martín asegura seguir trabajando en mejoras del dispositivo. “Nos planteamos realizar el escaneado mediante fotogrametría, lo que nos permitiría tener el collarín impreso en apenas un día”. Así, el potencial del sistema, como el de la tecnología sanitaria en general, puede ser infinito en manos de los expertos del futuro.