Un nuevo estudio sugiere que llevar a cabo una cirugía en la mayoría de las fracturas del húmero proximal (PHF, por sus siglas en inglés proximal humerus fractures) desplazadas en adultos mayores, puede no resultar un beneficio para los pacientes.
Esa es la conclusión a la que han llegado un grupo de investigadores del Hospital Universitario de Tampere (Finlandia), el Hospital Universitario de Estocolmo (Suecia) y el Hospital Universitario de Aarhus (Dinamarca), una serie de instituciones que realizaron un estudio que incluyó a un total de 88 individuos de 60 años o más (la mayoría de ellos, mujeres) que fueron tratados con una PHF desplazado en dos partes. Así, seis hospitales de Finlandia, Estonia, Suecia y Dinamarca fueron los centros elegidos para efectuar el tratamiento.
"Los resultados son estimulantes, ya que no se aprecia diferencia entre los pacientes a los que sometieron a una intervención quirúrgica y a los que no"
El trabajo, que fue publicado en la revista científica PLOS Medicine, aplicó tratamientos de rehabilitación bajo la supervisión de un fisioterapeuta. De este modo, el estudio no evidenció diferencias entre el tratamiento quirúrgico y el no quirúrgico, según una medida de resultado informada por el paciente (PROM) o la puntuación de calidad de vida (QOL). Atendiendo a detalles concretos, no se visualizaron diferencias significativas en las PROM entre los equipos quirúrgico y no quirúrgico y, junto a ello, los resultados ya eran válidos un año después del tratamiento.
"Los resultados son estimulantes, ya que no se aprecia diferencia entre los pacientes a los que sometieron a una intervención quirúrgica y a los que no. Los que fueron operados no tienen una mejor función del hombro o menos dolor que los que no lo fueron", ha señalado la autora principal de las pesquisas, la profesora Inger Mechlenburg, del centro hospitalario universitario de Aarhus.
"Se debe preferir el tratamiento con solo un cabestrillo ya que, de esta manera, los pacientes evitan el dolor y las complicaciones relacionadas con la cirugía"
La propia docente ha explicado que, como no hay diferencia en la capacidad de los pacientes para realizar tareas diarias, "se debe preferir el tratamiento con solo un cabestrillo ya que, de esta manera, los pacientes evitan el dolor y las complicaciones relacionadas con la cirugía".
Hay que recordar que las PHF se encuentran entre las fracturas más comunes en la población adulta mayor. El riesgo de tener una PHF aumenta con la edad, con especial incidencia después de los 60 años, y la mayoría se asocia con una caída de consideración leve.