En los últimos años, las aplicaciones han supuesto una pequeña gran revolución tecnológica. En mayor o menor medida, cualquier usuario con un móvil en el bolsillo las utiliza, sobre todo porque simplifican la rutina. Comunicarse por Whatsapp o adquirir un producto en una tienda online es ya algo cotidiano.No obstante, más allá de estas herramientas generales, existen algunas que dan servicios más concretos y se han convertido en aliadas para las personas con discapacidad, permitiéndoles normalizar muchos aspectos de su vida, como comunicarse en igualdad de condiciones a las personas con discapacidades sensoriales, denunciar la violación de un derecho, encontrar un aparcamiento accesible o posibilitar a las familias localizar a una persona con discapacidad intelectual y asegurarse de que está bien.
El texto basa sus conclusiones en una encuesta realizada a 300 personas con diferentes discapacidades. En líneas generales, resuelve que un 60% de los pacientes con diversidad funcional son usuarios de estas apps específicas. Los que más las emplean son las personas con discapacidad visual (77%), seguidos de los que tienen discapacidad auditiva (73%), física (65%) e intelectual (50%).
LAS APP MÁS HABITUALES
Así, para las personas con problemas de visión la reina de las herramientas es Siri, el ayudante inteligente de Apple que echa una mano al usuario con las tareas más habituales como enviar mensajes, hacer llamadas o consultar el tiempo. Otras aplicaciones muy usadas por estos pacientes son VoiceOver, que permite escuchar una descripción de todo lo que aparece en la pantalla; Google Talk Back, un servicio de accesibilidad que ayuda a los usuarios con deficiencias visuales a interactuar con los dispositivos a través de comentarios por voz, audibles y con vibración; Zoom o lupas aumentativas, que aumentan la vista hasta un 1500%; o Lazzus, un asistente que acompaña a las personas con discapacidad visual en sus desplazamientos creando un campo de visión auditivo.
De la misma forma, las personas con discapacidad física suelen usar aplicaciones para localizar lugares de ocio y turismo accesible. Algunos ejemplos son Accesibility o Disabled Park. Y los pacientes con discapacidad intelectual prefieren Pictogramas, una app diseñada para potenciar la comunicación alternativa a través de iconografías y que está recomendada para personas con TEA; o Accesos guiados, que permite a los padres y terapeutas restringir el teléfono a una única app, indicado para que las personas con autismo y otras discapacidades similares puedan centrarse en una única tarea.
Además, destacan en el informe otras app para denunciar violaciones de derechos de las personas con discapacidad, como CERMI Denuncia, que permite plantear quejas, reclamaciones y denuncias por escrito e incluso adjuntado fotografías.OCerQana, que posibilita que las familias localicen a una persona con discapacidad en cualquier momento, asegurándose de que está bien, simplificando y adaptando el smartphone a las necesidades concretas de cada persona.
CALIDAD DE VIDA
En la práctica, este creciente uso de las nuevas tecnologías por parte de las personas con discapacidad funcional hace que puedan normalizar sus rutinas gracias a este factor de inclusión social. De hecho, el 84% declara que su calidad de vida global ha mejorado gracias a ellas.
En este sentido, las tecnologías permiten buscar empleo eliminando el factor desplazamiento, pueden ser utilizadas para desempeñar ciertos puestos de trabajo y solventan las barreras de comunicación que encuentran pacientes con discapacidades sensoriales. Por eso, la mitad de los encuestados asegura que puede desempeñar su puesto de trabajo gracias a la contribución de las nuevas tecnologías, a pesar de que, como explica el director general de la Fundación Adecco, Francisco Mesonero, “en España sigue primando la cultura del presentismo”.
LA BRECHA DIGITAL
A pesar de que las nuevas tecnologías son incuestionables aliadas para estas personas, en ocasiones pueden convertirse en un factor que maximiza las diferencias, ya la que brecha digital sigue siendo un hecho. Así pues, y a pesar de que la mayoría (37%) no encuentra ninguna barrera para utilizarlas, un 63% sí halla dificultades. Concretamente, un 35% destaca que el coste es muy elevado; un 13% afirma que, aunque dispone de poder adquisitivo, carece de los conocimientos necesarios para usarlas y un 15% manifiesta otro tipo de barreras.
Según Francisco Moreno, “no hay que olvidar que la tasa de riesgo de pobreza de estas personas sigue siendo más elevada (31%) que la del resto de la población (26%). Teniendo en cuenta que las tecnologías mueven hoy el mundo, es de gran relevancia no solo que estén a su alcance, sino que cuenten con los recursos para usarlas en aras de normalizar su vida y facilitar su plena inclusión”.
El texto basa sus conclusiones en una encuesta realizada a 300 personas con diferentes discapacidades
Precisamente, el 15 de julios se celebra el Día Internacional de las Tecnologías Apropiadas, es decir, aquellas cuya finalidad es ayudar a resolver problemas, prestando atención especial a criterios éticos, culturales, sociales y económicos de la comunidad a la que dan servicio. En este contexto, la Fundación Adecco y Keysight Technologies Spain han presentado por segundo año consecutivoel informe Tecnología y Discapacidad, con el objetivo de analizar el impacto que las nuevas tecnologías están teniendo en la calidad de vida y en la plena inclusión de las personas con diversidad funcional. El texto basa sus conclusiones en una encuesta realizada a 300 personas con diferentes discapacidades. En líneas generales, resuelve que un 60% de los pacientes con diversidad funcional son usuarios de estas apps específicas. Los que más las emplean son las personas con discapacidad visual (77%), seguidos de los que tienen discapacidad auditiva (73%), física (65%) e intelectual (50%).
LAS APP MÁS HABITUALES
Así, para las personas con problemas de visión la reina de las herramientas es Siri, el ayudante inteligente de Apple que echa una mano al usuario con las tareas más habituales como enviar mensajes, hacer llamadas o consultar el tiempo. Otras aplicaciones muy usadas por estos pacientes son VoiceOver, que permite escuchar una descripción de todo lo que aparece en la pantalla; Google Talk Back, un servicio de accesibilidad que ayuda a los usuarios con deficiencias visuales a interactuar con los dispositivos a través de comentarios por voz, audibles y con vibración; Zoom o lupas aumentativas, que aumentan la vista hasta un 1500%; o Lazzus, un asistente que acompaña a las personas con discapacidad visual en sus desplazamientos creando un campo de visión auditivo.
El 84% declara que su calidad de vida global ha mejorado gracias a las nuevas tecnologías
Por su parte, las personas con discapacidad auditiva eligen para su vida diaria Petralex, un aparato auditivo artificial que funciona por los mismos principios que los dispositivos portables habituales, adaptando el nivel del sonido ambiente a las necesidades del usuario. También frecuentan Pedius, una app que permite a las personas sordas llamar a números fijos y móviles a través de tecnologías de síntesis y reconocimiento vocal; o el servicio de audífonos de Iphone, que se configuran y usan como un dispositivo Bluetooth. De la misma forma, las personas con discapacidad física suelen usar aplicaciones para localizar lugares de ocio y turismo accesible. Algunos ejemplos son Accesibility o Disabled Park. Y los pacientes con discapacidad intelectual prefieren Pictogramas, una app diseñada para potenciar la comunicación alternativa a través de iconografías y que está recomendada para personas con TEA; o Accesos guiados, que permite a los padres y terapeutas restringir el teléfono a una única app, indicado para que las personas con autismo y otras discapacidades similares puedan centrarse en una única tarea.
Además, destacan en el informe otras app para denunciar violaciones de derechos de las personas con discapacidad, como CERMI Denuncia, que permite plantear quejas, reclamaciones y denuncias por escrito e incluso adjuntado fotografías.OCerQana, que posibilita que las familias localicen a una persona con discapacidad en cualquier momento, asegurándose de que está bien, simplificando y adaptando el smartphone a las necesidades concretas de cada persona.
CALIDAD DE VIDA
En la práctica, este creciente uso de las nuevas tecnologías por parte de las personas con discapacidad funcional hace que puedan normalizar sus rutinas gracias a este factor de inclusión social. De hecho, el 84% declara que su calidad de vida global ha mejorado gracias a ellas.
Solo una de cada cuatro personas con discapacidad en edad laboral trabaja (25,7%), frente al 58,2% de la población general
Eso sí, a pesar de los avances que se han experimentado en materia de empleo de las personas con discapacidad (la contratación en el último año se ha incrementado un 20%, según el SEPE), las cifras siguen hablando por sí solas, reflejando una desigualdad aún patente, como exponemos en los siguientes puntos. Sólo un 37,9% de las personas con discapacidad es activa, o, lo que es lo mismo, tiene empleo o lo busca, y del total de personas con discapacidad en edad laboral (1.335.100), sólo una de cada cuatro trabaja (25,7%), frente al 58,2% de la población general. En este sentido, las tecnologías permiten buscar empleo eliminando el factor desplazamiento, pueden ser utilizadas para desempeñar ciertos puestos de trabajo y solventan las barreras de comunicación que encuentran pacientes con discapacidades sensoriales. Por eso, la mitad de los encuestados asegura que puede desempeñar su puesto de trabajo gracias a la contribución de las nuevas tecnologías, a pesar de que, como explica el director general de la Fundación Adecco, Francisco Mesonero, “en España sigue primando la cultura del presentismo”.
LA BRECHA DIGITAL
A pesar de que las nuevas tecnologías son incuestionables aliadas para estas personas, en ocasiones pueden convertirse en un factor que maximiza las diferencias, ya la que brecha digital sigue siendo un hecho. Así pues, y a pesar de que la mayoría (37%) no encuentra ninguna barrera para utilizarlas, un 63% sí halla dificultades. Concretamente, un 35% destaca que el coste es muy elevado; un 13% afirma que, aunque dispone de poder adquisitivo, carece de los conocimientos necesarios para usarlas y un 15% manifiesta otro tipo de barreras.
Según Francisco Moreno, “no hay que olvidar que la tasa de riesgo de pobreza de estas personas sigue siendo más elevada (31%) que la del resto de la población (26%). Teniendo en cuenta que las tecnologías mueven hoy el mundo, es de gran relevancia no solo que estén a su alcance, sino que cuenten con los recursos para usarlas en aras de normalizar su vida y facilitar su plena inclusión”.