Las nuevas tecnologías se han convertido en auténticas protagonistas omnipresentes en nuestras vidas. Y, las horas de descanso, no iban a ser menos. En los últimos años hemos sido testigos de una proliferación de dispositivos que ayudan a mejorar la calidad de nuestro sueño de múltiples formas, así como a recoger datos sobre nuestros hábitos de descanso.
El mercado se ha llenado de dispositivos que, mediante el control de nuestra actividad diaria y una monitorización de nuestra salud, tienen como meta maximizar la productividad en el entorno laboral y en nuestra vida en general.
Una fotografía a la que se suma la creciente preocupación sobre cómo influyen los problemas relacionados con el sueño en nuestro bienestar. Hecho que se ha traducido en el incremento de la demanda de tecnologías que nos ayuden a mejorar los sistemas de biometría que guardan relación con la calidad de nuestro descanso.
En este escenario ponemos el foco en un dispositivo lanzado al mercado a finales de 2019 bajo el nombre de Beddr SleepTuner. Podríamos definirlo como un “rastreador portátil del sueño” y que, a diferencia de otros dispositivos de su misma categoría, este se coloca en la frente.
La elección del lugar de colocación responde a que la frente es una superficie relativamente plana y abundantemente vascularizada. A través de un sensor de fotopletismografía (PPG, por sus siglas en inglés) es capaz de monitorizar de forma precisa los niveles de oxigenación en sangre, así como la frecuencia cardiaca. Algo fundamental para controlar problemas como la apnea del sueño.
El dispositivo utiliza un acelerómetro de tres ejes para rastrear todos nuestros movimientos y determinar las distintas posiciones en las que duerme cada persona.
A través de un sensor de fotopletismografía (PPG, por sus siglas en inglés) es capaz de monitorizar de forma precisa los niveles de oxigenación en sangre, así como la frecuencia cardiaca
Este dispositivo cuenta con la distinción de haber sido aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés). Un hecho muy poco común en el campo de los dispositivos que permiten la monitorización destinados al público general. Sus creadores califican este distintivo como “un medio para generar confianza”, en palabras de Carla Borsoi, responsable de marketing de Beddr.
“Hay muchos productos cuestionables en la industria del sueño y que se venden a los consumidores como buenas soluciones, pero no cuentan con el respaldo de la ciencia, la investigación clínica y la aprobación reglamentaria”, explica Borsoi.
Motivos por los que el dispositivo puede utilizarse como base para el diagnóstico médico, así como una herramienta de monitorización de la progresión de los tratamientos. A largo plazo, la compañía trabaja para desarrollar un conjunto más amplio de servicios entre los que se incluyan una red nacional de telemedicina de médicos expertos en sueño y entrenadores del sueño para proporcionar un mejor enfoque.
Uno de los puntos destacados de esta tecnología es que contabiliza los eventos de respiración detenida durante toda la noche por lo que permite identificar la presencia de importantes trastornos del sueño como la apnea. Puede rastrear cuando se produce la disminución de la saturación de oxígeno en sangre debido al cierre de las vías respiratorias. Una información que se complementa con la posición adoptada por el sujeto durante la manifestación de estos episodios por lo que se pueden establecer cuáles son las mejores posiciones para evitarlos cuando estamos durmiendo.
Además, se erige como una valiosa herramienta para todos aquellos que quieran monitorizar su sueño. El dispositivo recoge datos relacionados con la duración del sueño y los patrones de respiración y descenso, establece una puntuación de la calidad de nuestro sueño y reporta tendencias diarias, semanales y mensuales que permiten identificar qué cambios en los hábitos diarios o rituales del sueño pueden resultar o no beneficiosos.