Si existe un procedimiento sanitario y asistencial que ha tenido un papel fundamental a lo largo de los siglos ese ha sido el vendaje. Su origen, indeterminado por los expertos, se asocia al vendaje funcional que se aplicaba a las momias. No obstante, en el ámbito clínico, hay evidencias históricas que revelan que la civilización egipcia utilizaba hace 5.000 años bandas de lino para efectuar estas técnicas. De forma simultánea, el cirujano Arad-Manai empleaba en la ciudad mesopotámica de Babilonia (actual provincia de Babil, en Irak) este método para cubrir heridas. Sin embargo, hasta 1825 no se inventó la asepsia o desinfección química, por lo que estos procedimientos más que evitar infecciones en los pacientes, empeoraban su situación.
USO DE IMPRESORAS 3D
El sistema, que estará listo para arrancar un proyecto piloto en los próximos doce meses, reporta en tiempo real al teléfono móvil de los médicos y enfermeros la situación de las heridas, por lo que se facilita a los profesionales la adecuación del tratamiento a cada paciente. "Se combina toda la información para que el médico sepa el estado de una herida específica en un momento concreto, y luego se puede adaptar el protocolo de tratamiento para el individuo y la herida en cuestión", explica Marc Clement, director de la investigación, en una entrevista en la cadena pública británica BBC.
Este vendaje inteligente que ha desarrollado el equipo de la Universidad de Swansea ha sido fabricado mediante el uso de impresoras 3D, por lo que los costes de producción son muy bajos si tenemos en cuenta la tecnología que incluye el dispositivo. Con el objetivo de monitorizar el estado de las heridas, estas vendas están provistas de minúsculos sensores diseñados por especialistas del área de nanotecnología, que se conectan a una sofisticada infraestructura 5G. Así, tanto los facultativos como el propio paciente pueden hacer un seguimiento en tiempo real de la evolución de la lesión a través de un smartphone.
"Lo que depara el futuro es un mundo donde existe la posibilidad de variar el tratamiento para el individuo, el estilo de vida y el modelo de la misma", señala Clement, también presidente del Instituto de Ciencias Biológicas de esta institución académica. Un proyecto tecnológico el que también participa el Welsh Wound Innovation Centre, una organización sin ánimo de lucro cuya razón de ser es el tratamiento y la prevención de heridas graves de tipo traumático o crónico.
DISPOSITIVOS SIMILARES
El diseño de este prototipo se compone de dos elementos esenciales: los sensores, impresos sobre un vendaje clásico que se desecha instantes después de su uso; y los componentes de comunicación inalámbrica, ubicados en una película de polímero fácil de pegar y desprender de la tirita inteligente, por lo que estos pueden volver a utilizarse sin problema alguno. "Que todos los circuitos sean reutilizables disminuye aún más el coste del dispositivo", ha subrayado Atif Shamim, profesor asociado al programa de Ingeniería Eléctrica del centro de estudios saudí.
Las pruebas efectuadas con el dispositivo han fijado en 60 metros la distancia máxima a la que el vendaje consigue comunicarse con el smartphone que recibe su señal. Junto a ello, el sistema ha demostrado ser lo bastante resistente como para mantenerse adherido durante un período de tiempo prolongado, pese a que el usuario realice frecuentemente movimientos que incluso puedan llegar a doblar su superficie. "Podría llegar a cambiar el funcionamiento de la industria sanitaria. De momento, trabajamos para conseguir que el vendaje llegue a ser un producto útil para los pacientes con heridas crónicas", ha concluido el docente.
"Se combina toda la información para que el médico sepa el estado de una herida específica en un momento concreto"
La venda, un elemento tan carente de tecnificación y prácticamente inmutable en el tiempo, no es ajena a la integración de las nuevas tecnologías en el entorno sanitario. Tanto es así que un equipo de investigadores de la Universidad de Swansea (Gales, Reino Unido) han desarrollado unas vendas inteligentes que usan nanotecnología y tecnologia 5G para efectuar una monitorización precisa de la evolución de las heridas así como para llevar a cabo un seguimiento pormenorizado de los niveles de actividad del paciente.USO DE IMPRESORAS 3D
El sistema, que estará listo para arrancar un proyecto piloto en los próximos doce meses, reporta en tiempo real al teléfono móvil de los médicos y enfermeros la situación de las heridas, por lo que se facilita a los profesionales la adecuación del tratamiento a cada paciente. "Se combina toda la información para que el médico sepa el estado de una herida específica en un momento concreto, y luego se puede adaptar el protocolo de tratamiento para el individuo y la herida en cuestión", explica Marc Clement, director de la investigación, en una entrevista en la cadena pública británica BBC.
Este vendaje inteligente que ha desarrollado el equipo de la Universidad de Swansea ha sido fabricado mediante el uso de impresoras 3D, por lo que los costes de producción son muy bajos si tenemos en cuenta la tecnología que incluye el dispositivo. Con el objetivo de monitorizar el estado de las heridas, estas vendas están provistas de minúsculos sensores diseñados por especialistas del área de nanotecnología, que se conectan a una sofisticada infraestructura 5G. Así, tanto los facultativos como el propio paciente pueden hacer un seguimiento en tiempo real de la evolución de la lesión a través de un smartphone.
"Lo que depara el futuro es un mundo donde existe la posibilidad de variar el tratamiento para el individuo, el estilo de vida y el modelo de la misma", señala Clement, también presidente del Instituto de Ciencias Biológicas de esta institución académica. Un proyecto tecnológico el que también participa el Welsh Wound Innovation Centre, una organización sin ánimo de lucro cuya razón de ser es el tratamiento y la prevención de heridas graves de tipo traumático o crónico.
DISPOSITIVOS SIMILARES
"Este dispositivo podría llegar a cambiar el funcionamiento de la industria sanitaria"
Este vendaje inteligente no ha abierto un nuevo espacio en el ámbito de la mejora de la calidad asistencial del paciente. Los especialistas en esta materia han presentado proyectos de vendajes electrónicos que curan las heridas, apósitos que se iluminan ante una infección o tiritas que monitorizan pH, presión y sangrado. Este último sistema, desarrollado por científicos de la Universidad Rey Abdullah de Ciencia y Tecnología (Kaust) en Arabia Saudí, pretende mejorar la situación de heridas crónicas de los pacientes mediante la monitorización de las mismas.El diseño de este prototipo se compone de dos elementos esenciales: los sensores, impresos sobre un vendaje clásico que se desecha instantes después de su uso; y los componentes de comunicación inalámbrica, ubicados en una película de polímero fácil de pegar y desprender de la tirita inteligente, por lo que estos pueden volver a utilizarse sin problema alguno. "Que todos los circuitos sean reutilizables disminuye aún más el coste del dispositivo", ha subrayado Atif Shamim, profesor asociado al programa de Ingeniería Eléctrica del centro de estudios saudí.
Las pruebas efectuadas con el dispositivo han fijado en 60 metros la distancia máxima a la que el vendaje consigue comunicarse con el smartphone que recibe su señal. Junto a ello, el sistema ha demostrado ser lo bastante resistente como para mantenerse adherido durante un período de tiempo prolongado, pese a que el usuario realice frecuentemente movimientos que incluso puedan llegar a doblar su superficie. "Podría llegar a cambiar el funcionamiento de la industria sanitaria. De momento, trabajamos para conseguir que el vendaje llegue a ser un producto útil para los pacientes con heridas crónicas", ha concluido el docente.