Tras accidentes cerebrovasculares como un ictus o una embolia es habitual que el paciente sufra parálisis en algunas partes de su cuerpo, entre ellas, la mano. Aunque, actualmente, ya existen terapias de estimulación eléctrica para la recuperación de la funcionalidad de esta extremidad ahora, sin embargo, un grupo de investigadores del MetroHealth System, la Case Western Reserve University y el Centro de Estimulación Eléctrica Funcional de Cleveland, en estados Unidos, han logrado desarrollar un nuevo sistema capaz de mejorar esta terapia usando la mano “fuerte” del paciente.
"En base a los resultados positivos de nuestros estudios anteriores, hemos tratado de determinar si la nueva terapia de estimulación de la mano controlada por el guante podría ser más eficaz que la terapia común en mejorar la destreza manual en los pacientes que han sufrido un accidente cerebrovascular hace más de seis meses", explica Jayme S. Knutson, autor principal del estudio, en un comunicado emitido por la Asociación Americana del Corazón.
Para probar el nuevo sistema, los científicos reclutaron a 80 personas que habían sufrido accidentes cerebrovasculares. Durante 12 semanas, la mitad de los pacientes recibieron terapia utilizando el nuevo guante y al resto se le administró la terapia común. Ambos grupos utilizaron un estimulador eléctrico en su propia casa durante diez horas a la semana, más tres horas a la semana practicando tareas manuales con un terapeuta ocupacional en el laboratorio.
Se midió la función de la mano antes y después del tratamiento con una prueba de destreza estándar que mide el número de cubos que los participantes pueden recoger, levantar sobre una barrera y dejar en otra área en una mesa dentro de un tiempo de 60 segundos. Los investigadores encontraron que los pacientes que recibieron la nueva terapia tuvieron una mayor mejoría en la prueba de destreza (una media de 4,6 cubos) que el grupo común (1,8 cubos).
Al final del tratamiento, el 97% de los participantes que recibieron la nueva terapia consideraban que podían utilizar mejor su mano que al inicio del estudio. Si bien, los investigadores aseguran necesitar realizar un estudio más amplio, y con pacientes de otros centros, para confirmar sus resultados, así como medir la calidad de las mejoras en la vida de los pacientes.
Al final del tratamiento, el 97% de los participantes que recibieron la nueva terapia consideraban que podían utilizar mejor su mano que al inicio del estudio
De esta forma, los pacientes controlan la estimulación de su mano débil con el uso de un guante con sensores en la mano opuesta no afectada. Cuando el paciente abre su mano no afectada, recibe una cantidad correspondiente de estimulación que abre su mano débil afectada. Esto permite así al paciente controlar su mano y participar en la terapia con la ayuda de la estimulación eléctrica."En base a los resultados positivos de nuestros estudios anteriores, hemos tratado de determinar si la nueva terapia de estimulación de la mano controlada por el guante podría ser más eficaz que la terapia común en mejorar la destreza manual en los pacientes que han sufrido un accidente cerebrovascular hace más de seis meses", explica Jayme S. Knutson, autor principal del estudio, en un comunicado emitido por la Asociación Americana del Corazón.
Para probar el nuevo sistema, los científicos reclutaron a 80 personas que habían sufrido accidentes cerebrovasculares. Durante 12 semanas, la mitad de los pacientes recibieron terapia utilizando el nuevo guante y al resto se le administró la terapia común. Ambos grupos utilizaron un estimulador eléctrico en su propia casa durante diez horas a la semana, más tres horas a la semana practicando tareas manuales con un terapeuta ocupacional en el laboratorio.
Se midió la función de la mano antes y después del tratamiento con una prueba de destreza estándar que mide el número de cubos que los participantes pueden recoger, levantar sobre una barrera y dejar en otra área en una mesa dentro de un tiempo de 60 segundos. Los investigadores encontraron que los pacientes que recibieron la nueva terapia tuvieron una mayor mejoría en la prueba de destreza (una media de 4,6 cubos) que el grupo común (1,8 cubos).
Al final del tratamiento, el 97% de los participantes que recibieron la nueva terapia consideraban que podían utilizar mejor su mano que al inicio del estudio. Si bien, los investigadores aseguran necesitar realizar un estudio más amplio, y con pacientes de otros centros, para confirmar sus resultados, así como medir la calidad de las mejoras en la vida de los pacientes.