La tecnología está destinadas a niños con riesgo a sufrir paros cardíacos repentinos pero que no sean candidatos a dispositivos implantables
El dispositivo, llamado LifeVest, ya ha sido aprobado por la Agencia Americana del Medicamento (FDA) en sus siglas en inglés). Con un peso inferior a un kilogramo, la tecnología se compone de un cinturón de electrodos integrado en una suerte de chaleco que rodea el cuerpo del paciente y un monitor del ritmo cardíaco que se coloca en la cintura.Cuando el dispositivo detecta, por medio de sensores adhesivos, un ritmo cardíaco anómalo, avisa al paciente antes de realizar una descarga eléctrica, similar a la de los desfibriladores externos, para restaurar el ritmo cardíaco normal. Para ello, el dispositivo cuenta con unos parches que liberan gel especial sobre los electrodos de terapia.
Como explican sus desarrolladores, el desfibrilador portátil está diseñado para niños que pesen al menos 18 kg, que no sean candidatos a desfibriladores implantables, y que tengan riesgo a subir paros cardíacos repentinos, que pueden ser causados por determinadas enfermedades del corazón, trastornos hereditarios, y cambios estructurales en el corazón debido a la infección o enfermedad cardíaca congénita.