Investigadores de la City University de Hong Kong han desarrollado un sensor blando para la medición sensible de las fuerzas de corte aplicadas a su superficie.
Concretamente, según los investigadores, cuando se conecta a pinzas robóticas, la detección táctil permite un control preciso de los objetos agarrados, lo que permite al robot realizar hazañas impresionantes, como enhebrar una aguja y agarrar un huevo sin romperlo.
Los investigadores esperan que el sensor pueda ser útil para prótesis de próxima generación que puedan realizar tareas que requieren un control muy fino.
La capa superior está magnetizada y, cuando se le aplica una fuerza de corte que deforma el sensor, registra el cambio resultante en el campo magnético
Y es que, la piel humana es experta en detectar la fuerza de corte, que es la fuerza que se produce cuando dos objetos se deslizan uno sobre el otro. Cuando siente que algo se le escapa de la mano, su reacción natural es apretar el agarre, pero los robots (o las prótesis eléctricas) normalmente no pueden hacer lo mismo. Esto significa que puede ser difícil realizar ciertas tareas con manos robóticas o pinzas, y tienden a ser un poco torpes.
Estos problemas han inspirado este último sensor flexible, que imita la naturaleza multicapa de la piel. La capa superior está magnetizada y, cuando se le aplica una fuerza de corte que deforma el sensor, registra el cambio resultante en el campo magnético.
Además, también puede distinguir entre la fuerza cortante y la fuerza externa aplicada perpendicularmente a un objeto agarrado.
El sistema utiliza el aprendizaje automático para caracterizar con precisión la posición de los estímulos que actúan sobre él. Hasta ahora, el sensor ha permitido que una pinza robótica complete algunas tareas complejas, lo que sugiere que puede dar a los dispositivos protésicos una destreza adicional.