Los biomarcadores juegan un papel central en el diagnóstico de la enfermedad y la evaluación de su curso. Entre los marcadores que se utilizan actualmente se encuentran genes, proteínas, hormonas, lípidos y otras clases de moléculas. Estos se pueden encontrar en la sangre, el líquido cefalorraquídeo, la orina y varios tipos de tejidos, pero la mayoría de ellos tienen una cosa en común: ocurren en concentraciones extremadamente bajas y, por lo tanto, son técnicamente difíciles de detectar y cuantificar.
Muchos procedimientos de detección utilizan sondas moleculares, como anticuerpos o secuencias cortas de ácido nucleico, que están diseñadas para unirse a biomarcadores específicos. Cuando una sonda reconoce y se une a su objetivo, las reacciones químicas o físicas dan lugar a señales de fluorescencia. Estos métodos funcionan bien, siempre que sean lo suficientemente sensibles como para reconocer el biomarcador relevante en un alto porcentaje de todos los pacientes que lo llevan en la sangre.
Ahora, el grupo de investigación del profesor Philip Tinnefeld ha desarrollado una estrategia para determinar los niveles de biomarcadores presentes en concentraciones bajas. Concretamente, han logrado acoplar sondas de ADN a pequeñas partículas de oro o plata. Los pares de partículas actúan como nano antenas que amplifican las señales de fluorescencia.
Los investigadores han logrado acoplar sondas de ADN a pequeñas partículas de oro o plata
Precisamente, las interacciones entre las nanopartículas y las ondas de luz entrantes intensifican los campos electromagnéticos locales y esto, a su vez, conduce a un aumento masivo en la amplitud de la fluorescencia. De esta manera, se pueden detectar específicamente bacterias que contienen genes de resistencia a antibióticos e incluso virus.
Además, los investigadores han logrado configurar los componentes de sus nano antenas con mayor precisión y posicionar las moléculas de ADN que sirven como sondas de captura en el sitio de amplificación de la señal. Juntas, estas modificaciones permiten que la señal de fluorescencia se amplifique de forma más eficaz.
El alto grado de control de posicionamiento es posible gracias a la nanotecnología del ADN, que explota las propiedades estructurales del ADN para guiar el ensamblaje de todo tipo de objetos a nanoescala, en cantidades extremadamente grandes.