Cierto es que el número de muertes por COVID-19 ha disminuido y la sintomatología es mucho menor gracias a las vacunas, pero la pandemia sigue existiendo, por eso los investigadores continúan trabajando para crear nuevos dispositivos mejorados.
Las pruebas para vigilar y controlar la propagación del virus son cruciales, por ello investigadores de la Universidad Johns Hopkins desarrollaron una tecnología de prueba COVID-19 que se basa en la espectroscopia Raman mejorada de superficie (SERS) junto con el aprendizaje automático. La técnica no requiere preparación de muestras ni capacitación especial y puede brindar resultados en tan solo 25 minutos, con una precisión comparable a la de la PCR.
La técnica no requiere preparación de muestras ni capacitación especial y puede brindar resultados en tan solo 25 minutos
Este dispositivo se basa en la espectroscopia Raman mejorada en la superficie, que implica el uso de un láser para investigar las vibraciones moleculares en una muestra. En este caso, utilizaron una matriz de antena aislante de metal de mejora de campo flexible (FEMIA) para perfeccionar la señal Raman de las partículas virales en una muestra, lo que les permitió detectar niveles muy bajos del virus. Un algoritmo de aprendizaje automático ayuda con el análisis de las señales.
“La técnica es tan simple como poner una gota de saliva en nuestro dispositivo y obtener un resultado negativo o positivo”, dijo Ishan Barman, uno de los desarrolladores del nuevo sensor. “La novedad clave es que se trata de una técnica sin etiquetas, lo que significa que no se requieren modificaciones químicas adicionales como el etiquetado molecular o la funcionalización de anticuerpos, es decir, el sensor podría eventualmente usarse en dispositivos portátiles”.
Podría desempeñar un papel como dispositivo de vigilancia ambiental o como un dispositivo portátil personal, quizá para aquellos sanitarios con un alto riesgo de exposición viral.
“Utilizando la fabricación de nanoimpresión de última generación y la impresión por transferencia, hemos logrado una nanofabricación altamente precisa, ajustable y escalable de sustratos de sensores COVID rígidos y flexibles, lo cual es importante para la implementación futura no solo en biosensores basados en chips sino también en dispositivos portátiles”, dijo. David Gracias, otro investigador involucrado en el estudio.