Un estudio demuestra que se puede detectar el autismo en la infancia en países con pocos recursos

Una universidad australiana ha tratado de demostrar que se puede adaptar la herramienta de Detección del Autismo en la Infancia a países de habla no inglesa y bajos recursos económicos

Niño con autismo jugando (FOTO: Freepik)
Niño con autismo jugando (FOTO: Freepik)
11 julio 2024 | 12:00 h
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La Detección del Autismo en la Infancia -o a Edad Temprana- es una herramienta que, bajo las siglas de ADEC, sirve para identificar elautismo y las tendencias autísticas en niños muy pequeños; tanto, que se puede empezar a utilizar a partir de los 12 meses. Su uso, sin embargo, está mucho más implementado en países con recursos económicos elevados, por lo que un reciente estudio ha tratado de adaptarlo a una zona cuya población carece de ellos.

En concreto, a los habitantes de Guayaquil, la segunda ciudad más poblada de Ecuador. Y, a juzgar por los resultados del citado informe de la Flinders University, la ADEC (Autism Detection in Early Childhood) es capaz de llegar a la población de países que, además de disponer de recursos económicos y culturales bajos, no hablan inglés. De hecho, recuerda la institución, esta herramienta de detección precoz ya está disponible en Australia, y ahora se ofrece gratuitamente a países como Indonesia, México, China o el propio Ecuador.

“Es una herramienta fácil de usar, que requiere una formación adicional limitada y que constituye una forma rentable de identificar a los niños que pueden tener una alta probabilidad de desarrollar autismo”

Y es que la ADEC, que ayuda a identificar comportamientos específicos de los niños que requieren de intervención y a diferenciar entre comportamientos autísticos, problemas de aprendizaje y otros trastornos del desarrollo con alto nivel de sensibilidad y especificidad, es una herramienta que pueden utilizar “sin necesidad de entrenamiento extenso” tanto médicos como enfermeros infantiles, psicólogos y profesionales de la salud en general, así como terapeutas y profesores de educación especial.

“Es una herramienta fácil de usar, que requiere una formación adicional limitada y que constituye una forma rentable de identificar a los niños que pueden tener una alta probabilidad de desarrollar autismo”, explica la profesora Robyn Young, de la Facultad de Educación, Psicología y Trabajo Social de la universidad australiana. Pero matiza: “Aunque muchas herramientas se han desarrollado en países de habla inglesa, la detección en países con otros idiomas requiere una adaptación cultural y lingüística específica”.

“Aunque muchas herramientas se han desarrollado en países de habla inglesa, la detección en países con otros idiomas requiere una adaptación cultural y lingüística específica”

Es por ello que decidieron optar por hacer esta adaptación en Guayaquil. Para la muestra, utilizaron dos grupos de discusión: primero, uno formado por diez madres de niños menores de cuatro años, a las que se pidió que seleccionaran la opción que entendían mejor para cada parte, expuestas a través de la versión mexicana de la ADEC y a la de su traducción directa del inglés; después, otro compuesto por siete profesionales, concretamente dos psicólogos clínicos, dos psicopedagogos, un terapeuta ocupacional, un logopeda y un profesor de inglés.

A este último grupo les dieron las mismas instrucciones que al de las madres; es decir, para cada uno de los 16 ítems, seleccionar la opción correspondiente a la versión mexicana, su propia versión y la versión sugerida por los resultados de las madres. Entre los dos grupos estudiados, la versión modificada mexicana fue mejor aceptada (65%) que la versión de traducción directa (35%). Por último, para comprobar que no hubiese desviación entre los significados en ambos idiomas, se volvió a hacer otra retrotraducción al inglés.

SE PUEDE, PERO HAY QUE SEGUIR TRABAJANDO

Después de adaptar culturalmente la versión original de la ADEC a la población de esta parte de ecuador, 23 de los 613 niños de entre 18 y 48 meses de la muestra (el 3,75%) fueron diagnosticados con autismo. Así, indica el profesor Young, estos resultados hacen ver que, efectivamente, la herramienta de detección precoz de este trastorno se puede adaptar a países con bajos recursos y, sobre todo, de habla no inglesa.

No obstante, añade el experto, todavía queda mucho camino por delante en este sentido: "Aunque el estudio fue un éxito, la mejora del diagnóstico no simplifica las dificultades que tienen las personas con autismo para acceder a la ayuda, sobre todo en un entorno socioeconómico bajo", afirma Young, cuyo equipo de la Universidad de Flinders, en Adelaida, se ayudó de otro dirigido por el profesor Clark, sito en el país sudamericano.

"La detección precoz sólo tiene sentido si existe la posibilidad de desarrollar un apoyo temprano"

"La detección precoz sólo tiene sentido si existe la posibilidad de desarrollar un apoyo temprano, por lo que nuestros próximos pasos serán investigar los efectos de los programas de apoyo temprano implementados en países de habla no inglesa y bajos recursos, como es el caso de Ecuador", insiste Young sobre un trastorno que padecen uno de cada 39 niños en todo el mundo, lo que lo convierte en uno de los trastornos del neurodesarrollo más comunes.

El estudio, titulado ‘Detección del autismo en la primera infancia (ADEC) en una población hispanohablante de bajos ingresos en Guayaquil (Ecuador)’, fue elaborado, además de por el profesor australiano Robyn Young, por otros tres investigadores locales dirigidos por el mencionado profesor Clark: Susana Mata Iturralde, Yurena Alonso Esteban y Francisco Alcantud Marín.

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