El cáncer es la segunda causa de muerte a nivel global y sólo en 2015, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la enfermedad fue la responsable del fallecimiento de 8,8 millones de personas. Además, atendiendo a las predicciones poblacionales, se calcula que el número de muertes producidas por tumores aumentará a más de 14 millones en 2035.
Según los últimos datos presentados por la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), los tumores responsables del mayor número de fallecimientos a nivel mundial en 2012 fueron el cáncer de pulmón, el cáncer de hígado, cáncer gástrico, el cáncer colorrectal y el de mama. Datos recientes indican que en 2017 el cáncer de pulmón ha seguido constituyendo la principal causa de muerte por tumores a nivel europeo. Aun así, ha experimentado un descenso en 2012.
En este sentido, investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) han desarrollado un nuevo sensor que permite ver dentro de las células cancerosas y determinar si las células están respondiendo al tratamiento de quimioterapia.
El sensor reveló que los niveles de peróxido de hidrógeno no cambiaron en las células resistentes, pero aumentaron en las células susceptibles
El sensor, según ha informado el MIT en su web, que detecta el peróxido de hidrógeno dentro de las células humanas, podría ayudar a los médicos a identificar nuevos medicamentos que incrementen los niveles de peróxido de hidrógeno, induciendo la muerte celular programada. Adicionalmente, podría adaptarse para examinar tumores de pacientes individuales con el fin de predecir si los fármacos serían efectivos.
Así, con el objetivo de entender mejor los medicamentos de quimioterapia y la forma en que trabajan en diferentes tipos de cáncer, los investigadores manipularon los sensores de peróxido de hidrógeno existentes con la proteína peroxirredosina.
Posteriormente, se modificó la proteína añadiéndole dos moléculas fluorescentes. De este modo, al iluminar las células, si no ha detectado peróxido de hidrógeno, la proteína permanece verde, pero si hay peróxido de hidrógeno, reacciona y se ilumina en rojo. Cuando esta nueva molécula interactúa con el peróxido de hidrógeno, su forma cambia y las dos puntas fluorescentes se acercan o alejan una de la otra.
Finalmente, los investigadores probaron su nuevo sensor en dos tipos de células cancerosas humanas. Por un lado, en un conjunto que sabían que era susceptible a un medicamento de quimioterapia y por otro, en un segundo conjunto de células que sabían que no era susceptible. El sensor reveló que los niveles de peróxido de hidrógeno no cambiaron en las células resistentes, pero aumentaron en las células susceptibles.