Al igual que cualquier otro ser vivo, microorganismos como bacterias y virus luchan por sobrevivir y poder reproducirse para no extinguirse. Por eso cambian para hacerse resistentes a aquello que les mata, como los antibióticos. Esa resistencia supone un reto para la Sanidad y los pacientes, y obliga a la necesidad de usar adecuadamente el antibiótico, controlar el diagnóstico de infecciones y realizar pruebas de susceptibilidad a los antibióticos.
Sin embargo, estas prácticas son en muchos casos ineficaces debido a la dificultad para acceder a los mejores métodos o para mejorar los estándares actuales en la detección temprana de la respuesta bacteriana. De hecho las terapias con antibióticos personalizadas, que implica analizar una muestra de bacterias causantes de enfermedades de un paciente específico para determinar su susceptibilidad a los antibióticos antes de recetar un antibiótico apropiado, pueden demorarse hasta 48 horas.
Eso hace que en algunos casos se receten antibióticos para una vacteria que ya es resistente a él. "Muchos tipos de bacterias evolucionan continuamente para desarrollar resistencia a los antibióticos. Este es un problema urgente para los hospitales de todo el mundo, mientras que la tecnología de sensores y diagnóstico ha tardado en adaptarse ”, señala Mohammad Zarifi.
Se trata de un resonador de microondas de anillo dividido, que hace que el dispositivo pueda medir con mucha sensibilidad el crecimiento bacteriano en presencia de diferentes concentraciones de un antibiótico antes de que se presenten cambios visibles en el crecimiento
Y en el caso de una infección grave, "los tiempos de espera más prolongados pueden retrasar significativamente los tratamientos que reciben los pacientes, lo que puede provocar más complicaciones médicas o incluso la muerte", añade Zarifi.
Por eso, él junto a otros investigadores del campus de Okanagan de la Universidad de Columbia Británica han desarrollado un sensor de microondas portátil y económico que puede detectar rápidamente cambios en el crecimiento bacteriano para evaluar la susceptibilidad a los antibióticos.
Se trata de un resonador de microondas de anillo dividido, que hace que el dispositivo pueda medir con mucha sensibilidad el crecimiento bacteriano en presencia de diferentes concentraciones de un antibiótico antes de que se presenten cambios visibles en el crecimiento.
Las pruebas se realizaron con E. coli, demostrando que el sensor es "capaz de distinguir con éxito el impacto de diferentes concentraciones de eritromicina en el crecimiento de E. coli antes de cualquier señal visible". Se trata de una "herramienta rápida, no invasiva, portátil, económmica y reutilizable", señalan en la investigación. Y la idea es que permita detectar y predecir el tratamiento con antibióticos personalizado.
“Nuestro objetivo final es reducir el uso inadecuado de antibióticos y mejorar la calidad de la atención para los pacientes”, señalaZarifi. "Cuantas más herramientas de calidad como esta tengan los profesionales de la salud a su disposición, mayor será su capacidad para combatir bacterias y virus".