El párkinson es una enfermedad que afecta a las funciones motoras siendo la segunda enfermedad neurodegenerativa más frecuente, después del alzhéimer. Hay más de 9 millones de personas en todo el mundo y se estima que, al menos, 150.000 personas en nuestro país con esta enfermedad.
Las personas que sufren de párkinson deben lidiar con obstáculos diarios que dificultan la realización de tareas cotidianas, pues los principales síntomas de la patología son motores, entre los que destacan la lentitud en los movimientos, el temblor, los movimientos involuntarios, la rigidez, y también, la dificultad para andar. Este último síntoma se produce a consecuencia de la congelación, otro de los síntomas comunes y debilitantes de esta enfermedad.
Cuando un paciente de párkinson se "congela", este pierde la capacidad de mover los pies repentinamente, casi siempre a mitad de la zancada, lo que provoca que la persona llegue a detenerse por completo. Por supuesto, esta situación es el detonante o el motivo de un gran porcentaje de caídas entre las personas que viven con la enfermedad.
Contra este problema se han desarrollado varias terapias farmacológicas quirúrgicas y conductuales, sin embargo ninguna de ellas resulta ser particularmente efectiva. Por ello, Investigadores de la Escuela de Ingeniería y Ciencias Aplicadas John A. Paulson de Harvard (SEAS) y la Facultad de Ciencias de la Salud y Rehabilitación Sargent de la Universidad de Boston han utilizado un robot suave y portátil que permite caminar sin congelarse.
Consiste en una prenda robótica, que se coloca alrededor de las caderas y los muslos, da un suave empujón a las caderas mientras la pierna se balancea, ayudando al paciente a lograr una zancada más larga. "Descubrimos que solo una pequeña cantidad de asistencia mecánica de nuestra suave vestimenta robótica produjo efectos instantáneos y mejoró consistentemente la marcha", dijo Conor Walsh , profesor de Ingeniería y Tecnología Aplicada Paul A. Maeder. Sciences at. SEAS y coautor correspondiente del estudio.
"Descubrimos que solo una pequeña cantidad de asistencia mecánica de nuestra suave vestimenta robótica produjo efectos instantáneos y mejoró consistentemente la marcha"
"Aprovechar robots blandos y portátiles para evitar la congelación de la marcha en pacientes con párkinson requirió una colaboración entre ingenieros, científicos de rehabilitación, fisioterapeutas, biomecánicos y diseñadores de indumentaria", dijo Walsh, cuyo equipo colaboró estrechamente con el de Terry Ellis, profesor y fisioterapeuta. Jefe de departamento y director del Centro de Neurorrehabilitación de la Universidad de Boston. El equipo estuvo seis meses trabajando con un hombre de 73 años con Parkinson que, a pesar de utilizar tratamientos quirúrgicos y farmacológicos, sufría episodios de congelación sustanciales e incapacitantes más de 10 veces al día.
En estudios anteriores, Walsh y su equipo habían aprovechado la optimización humana para demostrar que se podía usar un dispositivo portátil para aumentar la flexión de la cadera y ayudar a balancear la pierna hacia adelante proporcionando un enfoque eficiente para reducir el gasto de energía al caminar en individuos sanos. En esta ocasión, los investigadores utilizaron este mismo enfoque pero para abordar el problema de la congelación.
El dispositivo portátil desarrollado utiliza actuadores y sensores accionados por cables que se colocan alrededor de la cintura y los muslos. Utilizando los datos de movimiento recopilados por los sensores, los algoritmos estiman la fase de la marcha y generan fuerzas de asistencia junto con el movimiento muscular.
Tras probar el aparato en el paciente, el efecto fue instantáneo. Sin ningún entrenamiento especial, podía caminar sin congelarse en espacios interiores y sólo con episodios ocasionales al aire libre. También podía caminar y hablar sin congelarse, algo poco común sin el dispositivo. "Nuestro equipo estaba realmente emocionado de ver el impacto de la tecnología en la marcha de los participantes", dijo Jinsoo Kim, ex Ph.D. estudiante de SEAS y coautor principal del estudio. En palabras del participante, el traje le ayudó a dar pasos más largos y emocionado afirmó: “Realmente me ha ayudado y siento que es un paso positivo hacia adelante. Podría ayudarme a caminar más tiempo y mantener la calidad de mi vida”.
Los investigadores afirman que este dispositivo podría usarse también para comprender mejor los mecanismos de congelación de la marcha, algo que, a día de hoy, no se comprende bien. Además, esta herramienta demuestra el potencial de la robótica y podría permitir a las personas que viven con la enfermedad recuperar no sólo su movilidad sino también su independencia.