Tecnología y Salud son dos conceptos que avanzan de la mano. Uno de los últimos ejemplos lo encontramos en una reciente investigación desarrollada por la Universidad de California Davis (UCD). Un grupo de científicos pertenecientes a esta han desarrollado una prueba de aliento a través de la que detectar opiáceos y poder atender así a pacientes con dolores crónicos y ejercer un mejor control del uso de fármacos ilegales.
Este estudio piloto ha sido probado con un reducido grupo de participantes pero, los resultados revelan que las pruebas realizadas con el aliento se correlacionaron de forma positiva con los resultados arrojados a través de los análisis de sangre. Los hallazgos de esta investigación han sido publicados en Journal of Breath Research.
El siguiente paso previsto para los investigadores es la validación de estos resultados a través de ensayos clínicos con muestras mayores. El objetivo es poder desarrollar un dispositivo que permita realizar la prueba de detección de opioides en tiempo real “en prácticamente cualquier lugar”.
Una meta que supondría un importante avance en el tratamiento de determinados pacientes en situaciones muy específicas como pueden ser los consumidores habituales de drogas, controles de carretera y otras áreas de la atención médica. Situaciones a las que se suman la medición de la exposición a diversos compuestos del medio ambiente.
“Pensamos que esta técnica puede cambiar algunos aspectos de la sociedad”, explica Cristina E. Davis, presidenta del Departamento de Ingeniería Mecánica y Aeroespacial de la UCD. “Creemos que se puede utilizar para predecir mejor la respuesta a los medicamentos en pacientes con enfermedades como el asma”, agrega.
La persona debe respirar por un tubo de vidrio frío en el que se condensa el aliento en un formato líquido. Este es analizado posteriormente para buscar opiáceos
La prueba se realiza de forma bastante sencilla. La persona debe respirar por un tubo de vidrio frío en el que se condensa el aliento en un formato líquido. Este es analizado posteriormente para buscar opiáceos.
Los investigadores prevén que la versión ligera y portátil de esta prueba podría estar disponible en un plazo de entre uno y tres años. Una tecnología que es el resultado de un trabajo multidisciplinar de 15 años en el que han participado médico e ingenieros.
OPIOIDES Y SUS EFECTOS
Los autores del estudio explican que muchas personas conviven con el dolor. Al principio estas personas recurren a medicamentos genéricos como el ibuprofeno pero no resultan efectivos. Los médicos pueden recetar opioides y otros analgésicos en caso de que el dolor sea crónico. Los opioides pueden ser efectivos a la hora de controlar el dolor, son económicos y reportan una alta aceptación entre los pacientes.
Los opioides son una clase de medicamentos que activan los receptores del cerebro provocando un efecto de calma, ralentización de la respiración y bloqueo del dolor. El cuerpo los produce de forma natural pero no en las cantidades suficientes como para solventar los dolores crónicos.
Algunos de estos opioides son derivados semisintéticos de a la amapola como la oxicodona y la hidrocodona, o completamente sintéticos como el fentanilo y el tramadol.
Los opioides interactúan con el sistema de recompensa del cerebro para liberar dopamina. La hiperactivación del sistema de recompensa es lo que produce máximos de euforia y es lo que precisamente buscan muchas personas con el consumo de drogas.
USO INDEBIDO DE OPIOIDES
Los opioides pueden ser efectivos para tratar el dolor. Pero su uso indebido se ha convertido en uno de los grandes problemas relacionados con la salud a nivel global. Solo en los Estados Unidos mueren 130 personas cada día como consecuencia de sobredosis de opioides.
Motivos por los que contar con la capacidad de identificar tanto los opioides como los compuestos en los que se descomponen en el organismo, es importante no solo para monitorizar su correcto uso sino que ayuda en la toma de decisiones médicas. Especialmente a la hora de valorar los posibles efectos secundarios que pueden surgir en sus interacciones con otras drogas.
Solo en los Estados Unidos mueren 130 personas cada día como consecuencia de sobredosis de opioides
Para desarrollar la nueva prueba sobre la que versan estas líneas, los investigadores recolectaron muestras de aliento de un pequeño grupo de voluntarios. Estos eran pacientes que recibían infusiones o dosis orales de medicamentos con opioides en el Centro Médico UC Davis.
Los investigadores utilizaron la cromatografía líquida y espectrometríade masas para identificar los compuestos presentes en el líquido formado por el aliento recogido tras su exposición al hielo seco.
Los autores concluyen que su estudio piloto “presentó correlaciones prometedoras entre las concentraciones de drogas en la sangre y la respiración en diferentes puntos de tiempo” (las muestras se tomaron con intervalos de 90 minutos), para varios de los metabolitos que identificaron.
Ahora el reto pasa por probar la técnica en grupos mayores y poder desarrollar una prueba que funcione en tiempo real.