El desarrollo de prótesis para personas que han sufrido una amputación o han nacido sin alguna de sus extremidades sigue perfeccionándose, y ahora llega incluso a la producción de músculos robóticos, que mejoran la movilidad de estas prótesis, para asemejarlas más si cabe a los movimientos humanos.
Kwang Kim, profesor de la Universidad de Nevada de Estados Unidos, y uno de los responsables del proyecto, indica que, una vez descubierto el polímero manejable con el que se podría revolucionar la funcionalidad de los dispositivos protésicos, también tuvo que determinar la mejor manera de controlar y fabricarlo. Para este último problema, el profesor y su equipo buscaron la ayuda de la impresión 3D.
Gracias a ello, pudieron imprimir los músculos compuestos de este polímero, que, con las aplicaciones adecuadas, también podría programarse para detectar movimientos. Tras ello, los investigadores están trabajando actualmente en la manera de intensificar el proceso de impresión 3D y descubrir nuevas maneras de controlar el movimiento del polímero, así como para que este sea más sensible, fuerte y asequible.
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Los investigadores están trabajando actualmente en la manera de intensificar el proceso de impresión 3D y descubrir nuevas maneras de controlar el movimiento del polímero
Esto es lo que han conseguido un grupo de investigadores estadounidenses, japoneses y coreanos que, utilizando un polímero electroactivo, han logrado desarrollar músculos flexibles, que se pueden controlar a través de medios electrónicos, lo que aumenta las posibilidades de las prótesis tanto a la hora de realizar movimientos, como cuando reciben un impacto.Kwang Kim, profesor de la Universidad de Nevada de Estados Unidos, y uno de los responsables del proyecto, indica que, una vez descubierto el polímero manejable con el que se podría revolucionar la funcionalidad de los dispositivos protésicos, también tuvo que determinar la mejor manera de controlar y fabricarlo. Para este último problema, el profesor y su equipo buscaron la ayuda de la impresión 3D.
Gracias a ello, pudieron imprimir los músculos compuestos de este polímero, que, con las aplicaciones adecuadas, también podría programarse para detectar movimientos. Tras ello, los investigadores están trabajando actualmente en la manera de intensificar el proceso de impresión 3D y descubrir nuevas maneras de controlar el movimiento del polímero, así como para que este sea más sensible, fuerte y asequible.
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