La pupila del ojo permite que la luz llegue a la retina. A las personas con aniridia, por ejemplo, les falta parte o la totalidad del iris, lo que muestra una pupila grande que da como resultado una visión desenfocada.
Ahora, una colaboración entre Imec, una institución de investigación belga, la Universidad de Gante, el Instituto de Investigación Sanitaria Fundación Jiménez Díaz de España y el Centro Holst de los Países Bajos, ha llevado al desarrollo de un iris artificial integrado dentro de una lente de contacto que puede configurar automáticamente la tamaño de pupila adecuado para lograr un enfoque y profundidad de campo óptimos.
El iris artificial tiene una pantalla de cristal líquido (LCD) que se compone de círculos concéntricos que pueden hacerse transparentes u opacos, según el tamaño deseado de la pupila.
Concretamente, es un prototipo de muy bajo consumo, lo que le permite funcionar durante todo un día con una batería pequeña.
El iris artificial tiene una pantalla de cristal líquido (LCD) que se compone de círculos concéntricos que pueden hacerse transparentes u opacos
"Al combinar nuestra experiencia en electrónica flexible miniaturizada, diseño ASIC de bajo consumo e integración híbrida, hemos demostrado la capacidad de desarrollar una solución para personas que sufren de deficiencias de iris, aberraciones de orden superior y fotofobia, un síntoma común pero debilitante que se observa en muchos trastornos neuro-oftálmicos", ha explicado Andrés Vásquez Quintero de imec/UGent.
“Nuestra lente de contacto inteligente puede controlar el nivel de luz entrante imitando un iris humano y ofreciendo una solución potencial para la corrección de la visión, expandiendo la profundidad de campo con control automático del tamaño de la pupila. De esta manera, nuestro enfoque puede superar las soluciones actuales para combatir las deficiencias del iris del ojo humano. Sus efectos ópticos beneficiosos se validarán clínicamente y se convertirán en un dispositivo médico", ha detallado Vásquez.