La Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN) ha creado una infografía en la que aporta todas las claves para efectuar una buena teleconsulta. En primera instancia, abordan todo lo relativo a la planificación, es decir, programas a utilizar, analizar si es el método adecuado ajustado por edad o conexión, y si cuenta con cita previa.
Acto seguido, entrará en juego la información del paciente: patologías asociadas, síntomas principales, datos ligados a la COVID-19 o conocer si los síntomas que presenta pueden estar relacionados con la enfermedad que genera el SARS-CoV-2.
Al comienzo de la consulta, en el saludo inicial, se puede valorar el estado del paciente (voz agitada, disnea, confuso). Junto a ello, el especialista en Medicina Familiar y Comunitaria debe escuchar los síntomas, valorar la gravedad, así como su posible evolución.
El especialista en Medicina Familiar y Comunitaria debe escuchar los síntomas, valorar la gravedad, así como su posible evolución
A la hora de manejar la consulta, hay que analizar si existe forma de valorar las constantes vitales del paciente, el pulso, la tensión arterial (wereables). Así, se debe guiar al paciente (no existe mucho tiempo) y ofrecer un consejo claro y sencillo.
Otro aspecto determinante es ofrecer seguridad. En concreto, es necesario explicar al paciente que, si existe un empeoramiento, puede volver a comunicarse; resolver las dudas del paciente, que esté seguro, y una derivación si precisa por el estado actual del paciente.
En el cierre, hay que conocer si existen suficientes datos para un diagnóstico/tratamiento o pauta a seguir, cerciorarnos de que el paciente entendió el plan a seguir y repetir que debe contactar nuevamente si empeora, algo que transmitirá seguridad para el paciente. Por último, en la valoración habrá que derivar si hacen falta datos o el paciente está en mal estado, así como valorar los posibles fallos.