El quitosano es un compuesto de azúcar que se usa ampliamente en medicina, incluso en apósitos, debido a sus conocidas propiedades hemostáticas. Estas propiedades funcionan en la nanoescala, por lo que el suministro de pequeños trozos de quitosán en una herida puede ayudar.
En este sentido, investigadores de Texas A&M y de la Universidad de Assiut en Egipto han logrado encapsular las nanofibras de quitosán dentro de un hidrogel, que puede colocarse dentro de una herida y dejar que se disuelva lentamente.
El hidrogel es a base de azúcar y biocompatible. Debido a que el quitosano en su interior consta de fibras a nanoescala, se expone una gran área de superficie al cuerpo, lo que facilita la hemostasia rápida. El apósito no tiene que retirarse de la herida, por lo que no hay posibilidad de que se tire de la herida y comience a sangrar nuevamente.
El apósito no tiene que retirarse de la herida, por lo que no hay posibilidad de que se tire de la herida y comience a sangrar nuevamente
La tecnología se hizo posible al colocar el quitosán en nanoandamios especiales que evitan que se acumulen y exponen gran parte de la misma a la sangre que pasa por el hidrogel. Los andamios se colocaron dentro de hidrogeles hechos de ciclodextrina, un sacárido, que tiene manchas especiales que se unen con partículas de quitosano. La liofilización de este hidrogel y su lavado con una solución especial permitieron a los investigadores retirar los andamios, dejando solo las nanofibras de quitosano.
El equipo probó sus apósitos bioabsorbibles en ratas, cerdos y conejos con lesiones hepáticas, y comprobaron que su nuevo material puede detener la pérdida de sangre. Además, después de aproximadamente una semana, no quedaron señales de los apósitos dentro de los hígados de los animales.