Un nuevo estudio se suma a un creciente cuerpo de evidencia de que los organoides (colecciones de células cultivadas en laboratorio que imitan el tumor de un paciente) son una vía prometedora para el descubrimiento de fármacos para mejorar los resultados en pacientes con cáncer, particularmente cánceres raros para los cuales los datos clínicos sobre la efectividad del fármaco a menudo falta.
Los organoides se cultivan en un laboratorio utilizando las propias células del tejido del paciente recolectadas durante la cirugía. Estos "mini tumores" son versiones más simples y pequeñas de órganos corporales o tumores que replican las estructuras de función completa. Los científicos del laboratorio de la doctora Alice Soragni en UCLA han sido pioneros en su crecimiento y uso para estudiar enfermedades y posibles tratamientos.
"Existe una necesidad real de modelos personalizados clínicamente relevantes para encontrar terapias para el cordoma y muchos otros cánceres raros"
En el último estudio, publicado en línea en Science Advances, los investigadores dirigidos por la doctora Soragni obtuvieron siete muestras de tumores de cinco pacientes con un cáncer de hueso raro llamado cordoma, que tiene pocas opciones terapéuticas. Los cordomas son tumores que surgen en el sacro o en la base del cráneo. Su tratamiento primario es la cirugía, pero debido a su ubicación, la extirpación completa no siempre es factible y las tasas de recurrencia son altas. Los cordomas no responden a la quimioterapia convencional y su rareza (aproximadamente un caso por cada millón de personas al año en Estados Unidos) complica la realización de ensayos para identificar terapias eficaces.
"Existe una necesidad real de modelos personalizados clínicamente relevantes para encontrar terapias para el cordoma y muchos otros cánceres raros", ha expresado Soragni, profesora asistente en el Departamento de Cirugía Ortopédica y miembro del Centro Oncológico Integral Jonsson. "Debido a que este cáncer es tan raro y hay pocos modelos disponibles, nuestra capacidad para estudiar cómo responde a los medicamentos potenciales es bastante limitada. Lo que hemos hecho es optimizar una plataforma para cultivar organoides utilizando células de los tumores para poder investigar sus características biológicas y determinar qué vías podrían ser más prometedoras para el tratamiento al probarlas con una amplia gama de tratamientos".
Como se informó en el nuevo estudio, los investigadores crearon con éxito organoides viables a partir de todas las muestras. Los organoides derivados de pacientes mostraron morfologías y características que coincidían estrechamente con los tumores de cordoma reales de los que se derivaron, como la expresión de una proteína llamada Ki-67, asociada con la proliferación celular y braquiuria, una proteína que es un marcador bien establecido de cordoma.
Acto seguido, los investigadores usaron los organoides para realizar una detección de fármacos de alto rendimiento, un proceso automatizado de descubrimiento de medicamentos que permite probar una gran cantidad de posibles terapias a la vez, en lugar de una a la vez, lo que acelera significativamente el desarrollo y la prueba de posibles objetivos y terapias. Este tipo de detección a gran escala ha sido clave para el desarrollo y la prueba de fármacos, pero esta es su primera aplicación a organoides de cordoma derivados de pacientes.
A partir de la evaluación, los autores identificaron varios objetivos farmacológicos y vías biológicas que podrían seguirse potencialmente para la terapia del cordoma. También señalan la importancia de un enfoque personalizado, dadas las diversas respuestas observadas entre los pacientes, así como entre diferentes tumores extraídos del mismo paciente.