El uso de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) ofrece enormes posibilidades para el desarrollo de cualquier desempeño profesional. La pandemia del Covid-19 demostró que algunos trabajos eran posibles hacerlos a distancia, al mismo tiempo que la red fue el espacio habitual de aprendizaje de profesores y alumnos a nivel educativo. Sin embargo, esta potencialidad virtual no está lo suficientemente aprovechada en el ámbito sanitario.
Esta es una de las conclusiones a la que ha llegado CorpusGómez Calderón, doctora en e-learning por la Universitat Oberta de Cataluña (UOC), quien fruto de su tesis doctoral ha analizado el uso de las comunidades virtuales de aprendizaje (CVA) como una “oportunidad” para la formación continuada y el desarrollo de la carrera profesional de los profesionales sanitarios. En palabras para SaluDigital.es, ha instado a “aprovechar” todo el conocimiento existente en red para mejorar su aprendizaje.
Gómez (UOC): "El cambio tecnológico al que asistimos en la actualidad nos pone encima de la mesa herramientas como la red que ofrecen muchas oportunidades para aprovechar el conocimiento"
En este estudio, Gómez pone el foco en la actual formación que reciben los médicos, enfermeras y resto de sanitarios de nuestro país. “No es que la formación continuada de los profesionales no sea buena. Presumimos de tener a los mejor formados. Lo que ocurre es que el cambiotecnológico al que asistimos en la actualidad nos pone encima de la mesa herramientas como la red que ofrecen muchas oportunidades para aprovechar el conocimiento”, subraya.
Sin embargo, considera que “no hay incentivos” en el Sistema Nacional de Salud (SNS) “para fomentar los aprendizajes utilizando las nuevas tecnologías aprovechando el modelo en red”. En su lugar, apuesta por modelos “más efectivos” como las CVA que permiten la “interacción entre los pares” y donde emerge “un conocimiento mayor que el que puede haber con metodologías formativas más tradicionales”.
TRIANGULACIÓN METODOLÓGICA
Para llevar a cabo este estudio, Corpus Gómez ha llevado a cabo lo que define como una “triangulación metodológica”. En primer lugar, ha observado “qué es lo que ocurre” en dos comunidades virtuales hechas ad hoc. Por un lado, la ‘AnestesiaR’, considerada “la mayor comunidad virtual en el campo de la anestesiología en habla hispana” y, por otro, el Semillero de Posgrados en Ciencias Básicas Biomédicas de la Universidad de Antioquia, en Colombia.
En segundo lugar, desarrolló un cuestionario dirigido a profesionales sanitarios con el objetivo de “saber qué utilizan para formarse y si empleaban las comunidades virtuales de aprendizaje”, entre otros fines. La encuesta fue respondida por más de 7.000 profesionales, tanto de trabajadores sanitarios que ejercen en España como en Colombia.
"No hay incentivos porque el modelo de formación continuada actual está basado en estándares tradicionales y un sistema de acreditación que tienen más en cuenta las horas que el contenido formativo"
Finalmente, se constituyó un panel de 39 expertos nacionales e internacionales a quienes se consultó su opinión. Entre otros, participaron representantes de recursos humanos de los ministerios de Sanidad de España y Guatemala, el delegado de gestión del conocimiento de la OMS en la Región de las Américas, el presidente de la Sociedad Guineana de la Salud así como “decanos de universidades, investigadores, expertos en gestión sanitaria y de la formación continuada”. Según Gómez, tal volumen de expertos ha motivo que se pudieran consensuar “conclusiones muy solventes”.
USAR LA TECNOLOGÍA PARA FORMARSE
La falta de incentivos es para Corpus Gómez uno de los principales motivos que impiden a los profesionales de la sanidad usar las tecnologías para formarse y potenciar su aprendizaje. “No hay incentivos porque el modelo de formación continuada que tenemos está basado en estándares tradicionales, como la realización de cursos, acompañado de un sistema de acreditación donde se tienen más en cuentas las horas realizadas que el contenido formativo en sí”.
En su lugar, esta investigadora defiende la necesidad de incentivar “comunidades no formales”, como las comunidades virtuales de aprendizaje donde es posible “utilizar el conocimiento que puede haber en cualquier país del mundo”. Un ejemplo es el de la comunidad española ‘Anestesiar’, formada por anestesistas, donde “se debate, se analiza evidencia científica, se produce” y se generan “nuevas formas de hacer las cosas”.
Para esta experta en e-learning es una "pérdida de oportunidad tremenda” que el conocimiento de los mayores no sea compartido a un volumen superior debido a la brecha generacional
De este análisis también se observó, con preocupación, que a pesar de que hay una mayoría de profesionales que cuentan con un conocimiento tecnológico avanzado y el convencimiento de que las TIC son útiles, este perfil de personas “no usa las nuevas tecnologías para formarse”, de forma que “no lleva aparejado un uso beneficioso de la tecnología para el aprendizaje”. Según esta experta en e-learning, esto se debe a que estas prácticas “no están incentivadas ni reconocidas en los planes de formación continuada o las carreras profesionales”.
COMUNIDADES “ESPONTÁNEAS”, NADA FORZADAS
Pese a los beneficios que están ligados a la participación en este tipo de comunidades, esta experta en gestión sanitaria y recursos humanos apunta que “normalmente se crean o generan de forma espontánea”, de forma que “no se pueden crear como tal”. Son, según detalla, “grupos de profesionales o individuos que se reúnen en torno a un interéscomún, en este caso, el de actualizarse y aprender”. Es decir, se crean “fruto del propio interés de quienes participan en ellas por compartir conocimientos”.
De hecho, Corpus Gómez resalta que “la literatura y la evidencia científica” muestran que “es algo que no puede forzarse a hacer”. En su lugar, la investigadora asegura que la administración “puede sembrar o promover la creación de foros para que los sanitarios se agrupen, debatan y aprendan juntos”.
Gómez pone en valor habilidades propias de las comunidades virtuales de aprendizaje como "la comunicación en red, la capacidad de cribar información relevante o localizar referentes válidos"
Y la principal causa que la autora del estudio señala como impedimento es “la brechageneracional” del sector sanitario. “Tenemos a profesionales de avanzada edad que suelen usar menos las TIC, y a jóvenes que actúan como líderes en esas comunidades virtuales”. Esto es para Gómez una “pérdida de oportunidad tremenda” ya que el “capital experiencial y el conocimiento de los mayores” no es aprovechado para ser compartido en un volumen superior. “Lo difunden pero en su círculo más cercano, entre sus alumnos y facultativos cercanos”, lamenta.
¿QUÉ PUEDEN HACER LAS AUTORIDADES SANITARIAS?
A modo de propuesta, esta investigadora plantea que los programas de formación continuada “incorporen el fomento de foros o CVA donde pueda emerger este conocimiento”. Y la mejor manera de incentivarlos es para Gómez realizar “una evaluación de las competencias, básicas y trasversales, que adquieren los profesionales mediante su participación en ellas” y posicionarlas como “un elemento para progresar”.
Corpus Gómez menciona, entre otras habilidadesdignasdeconsiderar, “la habilidad de comunicación en red, saber comunicar e interactuar en red en el ámbito profesional, la capacidad de criba de información relevante, la capacidad de localización de referentes válidos o saber dónde acudir”.
El objetivo de las autoridades sanitarias, según defiende la doctora en e-learning por la UOC, debe ser “más que enseñar a utilizar una determinada herramienta, equipo o tecnología es que los profesionales aprendan a aprender de otra manera”. De esta forma, aboga por un “cambio en la cultura digital” que obligue al SNS de ser “demasiado burócrata y encorsetado” a que evoluciona a uno “más abierto y acorde con la realidad tecnológica que tenemos”.