Hay momentos como el parto en el que se pueden producir desgarros internos,e incluso prácticas que conlleven pequeños cortes como la episiotomía, consistente en aumentar la salida vaginal con un corte quirúrgico, que según datos de 2019 en España se producen con una tasa del 26%. También pueden ocasionarse lesiones intestinales en trifurcas o durante alguna cirugía. A nivel mundial millones de pacientes entran en quirófano y la tasa de fugas tras la operación es de un 20% en pacientes de alto riesgo.
En algunos de estos casos se tiende a cerrar la lesión a través de una cirugía con puntos de sutura, algunos absorbibles, para que no se tenga que volver a abrir para quitarlos, pero que puede provocar cierto dolor y otros de sutura continua que permite realizar cierres en áreas de tensión y que tampoco son necesarios que sean retirados.
Las diferentes técnicas han ido evolucionando para facilitar la operación a los cirujanos y la recuperación a los pacientes. Y en este proceso, ingenieros del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) han desarrollado un tipo de cinta adhesiva quirúrgica, con el objetivo de ayudar a sellar tejidos y órganos con desgarros y heridas. En concreto se trata de un parche biocompatible, flexible y pegajoso por un lado y suave por el otro que se puede utilizar para sellar defectos en el tracto gastrointestinal.
El parche se degrada gradualmente sin causar inflamación ni adherirse a los tejidos circundantes un mes después
Según han demostrado en varios estudios cuyos resultados han publicado en la revista Science Translational Medicine, este parche puede adherirse rápidamente a grandes desgarros, pinchazos, fugas o defectos en el colon, el estómago y los intestinos de varios modelos animales. Y, al igual que pasa con los puntos de sutura, una vez que la lesión se cura por completo, el parche se degrada gradualmente sin causar inflamación ni adherirse a los tejidos circundantes un mes después.
Está hecho con ácido poliacrílico, que es un material que se encuentra en los pañales que permite absorber la humedad mientras se adhiere temporalmente al tejido, y distintos compuestos químicos que se unen a las proteínas en el tejido para formar enlaces más fuertes. Para mantener la forma que se le diera a la cinta se reforzó el adhesivo con ingredientes naturales como la gelatina. Y para evitar que un órgano se pegue a otro cuenta con un lado no pegajoso de poliuretano biodegradable, material con la misma resistencia y flexibilidad que el tejido intestinal natural.
“Los cirujanos podrían usarlo como usan cinta adhesiva en el mundo no quirúrgico. No necesita ninguna preparación ni paso previo. Solo sácalo, ábrelo y úsalo”, indica Hyunwoo Yuk, científico investigador del Departamento de Ingeniería Mecánica del MIT. Esperan que algún día el parche adhesivo quirúrgico se almacene en los quirófanos y se use como una alternativa o “un refuerzo rápido y seguro a las suturas cosidas a mano para reparar fugas y desgarros en el intestino y otros tejidos biológicos”.