Este chip es capaz de medir la rigidez de la matriz extracelular para detectar enfermedades

Se trata de un dispositivo muy sencillo que puede generar datos a gran escala que permitirán conocer más datos sobre el desarrollo de distintas enfermedades que ayudarán a mejorar los posibles tratamientos.

Este chip podrá permitir la realización de pruebas sobre la rigidez a gran escala para determinar cómo las distintas enfermedades se desarrollan (Foto. Lab on a Chip)
Este chip podrá permitir la realización de pruebas sobre la rigidez a gran escala para determinar cómo las distintas enfermedades se desarrollan (Foto. Lab on a Chip)

Las células que componen nuestro organismo se encuentran rodeadas por una matriz extracelular. Se trata de una estructura de soporte en la que podemos encontrar sustancias como el colágeno y una serie de enzimas que ayudan a las células a funcionar correctamente.

Cuando una enfermedad, particularmente el cáncer, comienza a desarrollarse, esta matriz extracelular tiende a endurecerse. Hecho que puede convertirse en un indicador clave de la presencia de una enfermedad, así como la progresión de la misma. A pesar de que esto se conoce desde hace tiempo, lo cierto es que resulta complicado realizar una prueba para medir esta rigidez a escalas muy pequeñas sin producir daños en las células y en la matriz extracelular.

De acuerdo a una reciente investigación realizada por investigadores de la Universidad de Purdue cuyos resultados han sido publicados en la revista Lab on a Chip, se ha logrado desarrollar un nuevo dispositivo que permite tomar muestras de matrices extracelulares para medir de forma eficaz su rigidez.

“Se trata de una onda de sonido que se propaga a través del material y llega a un receptor. La forma en la que se propaga la onda nos puede informar de si hay algún daño o defecto”

Un gran avance ya que la tecnología empleada no es destructiva respecto a las células y su matriz ya que se basa en ondas de sonido transitorias. Además, las muestras obtenidas no se ven afectadas significativamente en su recogida.

“Se trata de una onda de sonido que se propaga a través del material y llega a un receptor. La forma en la que se propaga la onda nos puede informar de si hay algún daño o defecto”, explica a través de un comunicado Rahim Rahimi, uno de los principales investigadores responsable del estudio.

Todo gracias a un chip que cuenta con un generador de ultrasonidos y un detector independiente. Se colocar una muestra de células rodeadas por su matriz en la abertura de este y se procede a su activación para iniciar la transmisión de ondas ultrasónicas a través de la muestra, el sensor receptor envía lecturas a unas computadoras especiales que trabaja en su interpretación.

Los detectores del dispositivo se pueden multiplicar para poder probar cientos o miles de muestras al mismo tiempo. Dichas capacidades permitirán a los investigadores realizar pruebas sobre la rigidez a gran escala para determinar cómo las distintas enfermedades pueden afectar a esta, proporcionando una información muy valiosa de cara a generar conocimiento sobre múltiples patologías.

 

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