Un equipo de investigadores formado por un grupo multiinstitucional ha desarrollado un sensor basado en un chip que es capaz de detectar niveles muy bajos de biomarcadores relacionados con el cáncer a través de la orina. Un descubrimiento que, puede que en un futuro, ayude a la detección del cáncer antes incluso que los exámenes regulares, lo que conduciría a la obtención de mejores resultados.
Actualmente, los métodos de detección de biomarcadores de cáncer, son procedimientos costosos y que plantean múltiples desafíos. Requieren de biopsias invasivas así como de la utilización de herramientas y laboratorios especializados.
La investigación clínica ha demostrado que la proteína S100A4 se asocia con el desarrollo de tumores en los seres humanos. Con el objetivo de abordar el desafío que supone la detección precoz del cáncer, los investigadores han desarrollado un método económico capaz de detectar la citada proteína a través de la orina. Un nuevo mecanismo que no solo reduce los costes de las pruebas médicas sino que se presenta como una técnica menos invasiva para el paciente frente a muchos de los procedimientos actuales.
La investigación clínica ha demostrado que la proteína S100A4 se asocia con el desarrollo de tumores en los seres humanos
La tecnología se basa en un microchip óptico en el que se carga un pequeño volumen de la orina del paciente. Este chip contiene una serie de sondas que se unen al biomarcador de la proteína S100A4. Un láser, presente en el chip, ilumina la muestra lo que permite la interacción entre el biomarcador y la luz provocando un cambio en la frecuencia de la luz del láser. Esta modificación se mide y un valor apropiado determinaría la presencia del biomarcador relacionado con el cáncer. El S100A4.
“La nueva tecnología que hemos desarrollado allana el camino para la detección más rápida y ultrasensible de paneles de biomarcadores. Esto permitirá a los médicos tomar decisiones oportunas que mejoren el diagnóstico y los tratamientos personalizados de afecciones médicas entre las que se incluye el cáncer”, explica Sonia M. García-Blanco, líder del grupo investigador.
“Aunque ya existen sensores basados en la monitorización de los cambios en la frecuencia de los láseres, a menudo derivan en geometrías que no se integran fácilmente en pequeños chips fotónicos desechables. El óxido de aluminio se puede fabricar fácilmente monolíticamente en el chip y es compatible con los procedimientos estándar de fabricación electrónica”, concluye indicando que esto es precisamente lo que posibilita “su producción a gran escala industrial”.