La regeneración de tejidos es una de las ramas de investigación más punteras. Distintas herramientas buscan dar soluciones a los daños que pueden provocarse en cartílago, huesos, músculos o piel. Algunos de estos tejidos se dañan por patologías progresivas que no tienen cura y afectan a la calidad de vida y la movilidad de las personas. En este contexto uno de los instrumentos que están tomando peso es la bioimpresión 3D.
Diferentes estudios han analizado los sistemas de bioimpresión 3D, que durante los últimos años han generado mucha expectación debido a sus capacidades. No en vano, las técnicas de impresión permiten combinar células y biomateriales para crear desarrollos médicos que tienen las mismas propiedades que los tejidos vivos.
La capacidad de generar tejidos por técnica de fabricación por adición de capas de materiales bioquímicos, biológicos y células vividas abre las puertas a miles de investigaciones
Células neuronales, tejidos que se pueden congelar, retinas artificiales…. Son miles los estudios y los avances que permite esta tecnología, convirtiéndose esta técnica en una de las bases de la medicina del Futuro.
RETOS DE LA BIOIMPRESIÓN
La capacidad de generar tejidos por técnica de fabricación por adición de capas de materiales bioquímicos, biológicos y células vividas abre las puertas a miles de investigaciones. Como recoge el Informe ‘Bioimpresión en la Medicina del Futuro’
Se trata de una tecnología que tiene diversos retos como que la tecnología garantice la supervivencia de las células durante el proceso de bioimpresión; que los biomateriales que conforma la biotinta sean maleables, pero que no pierdan sus propiedades y a la hora de imprimir también es compleja la vascularización y la inervación del nuevo tejido.
La bioimpresión que resultará clave “a la hora de definir la medicina del futuro, si bien se enfrenta a retos tecnológicos, éticos y legales"
Asimismo, existe retos en su uso ético y clínico como la necesidad que las células que conforman la bioimpresión provenga de fuentes correctamente caracterizadas y compatibles con el receptor de dichos órganos y tejidos. Una situación que requiere de una mejor caracterización de los tejidos de lo que actualmente existe y de equipos multidisciplinares durante todo el proceso. Además, hay que atender a los procesos de maduración del tejido o el coste derivado de la producción individualizada y personalizada de estos tejidos.
La medicina regenerativa, los trasplantes de órganos o el abordaje personalizado de algunas patologías como el cáncer son algunas de las amplias aplicaciones de esta tecnología. Una bioimpresión que resultará clave “a la hora de definir la medicina del futuro, si bien se enfrenta a retos tecnológicos, éticos y legales que, durante los próximos años, habrán de solventarse para su traslación definitiva a la práctica clínica”, concluye el informe.