El avance de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) presenta un papel decisivo en el sector sanitario. No en vano, estos mecanismos se sitúan como herramientas para mejorar el abordaje de los pacientes, dirigirse hacia la personalización de la atención y apostar por una visión más sostenible. En este punto, el Big Data ha supuesto una mejora sustancial, todavía por descubrir a qué nivel, de la atención de los pacientes, su diagnóstico y tratamiento.
El Big Data, conformado por las diversas fuentes de datos que recogen historias clínicas, dispositivos de telemedicina o pruebas clínicas, permiten obtener una información con la que crear modelos predictivos para conocer las personas con más riesgo o predecir su evolución; ofrece diagnósticos más precisos y mayor adherencia a los tratamientos; participa en la medicina preventiva en el desarrollo de nuevos medicamentos y generación de recomendaciones, y llega hasta reducir costes al sistema.
Una de las grandes responsabilidades de los departamentos de recursos humanos es la de medir y analizar el rendimiento laboral de la plantilla, una tarea que debe llevarse a cabo de manera exhaustiva y que plantea importantes obstáculos en las grandes empresas, por el elevado número de profesionales a evaluar
Sin embargo, el Big Data puede extender sus bondades mucho más allá y ser una pieza angular para la gestión de los recursos humanos de los sistemas sanitarios. Y es que una de las grandes ventajas de las herramientas digitales es que acortan, de forma notoria, los plazos necesarios para recopilar información relevante. Basta con que los empleados vuelquen los datos solicitados en las plataformas correspondientes para que los responsables de recursos humanos los tengan inmediatamente a su disposición.
En paralelo, optimizar la selección de personal a través de las bolsas de trabajo es otra de las ventajas de la aplicación de la tecnología. Los procesos de selección de personal obligan a trabajar con muchos datos, así como plantean la necesidad de recuperarlos y cribarlos de manera apropiada. Digitalizar estas tareas puede acortar los plazos y facilitar la toma de decisiones.
Una de las grandes responsabilidades de los departamentos de recursos humanos es la de medir y analizar el rendimiento laboral de la plantilla, una tarea que debe llevarse a cabo de manera exhaustiva y que plantea importantes obstáculos en las grandes empresas, por el elevado número de profesionales a evaluar. Esta situación se produce en los centros hospitalarios, donde las plantillas se cuentan por cientos y, en algunos puntos, por miles. Gracias al Big Data, estos procesos se agilizarían.
Asimismo, al poder valorar una mayor cantidad de métricas relacionadas con el desempeño de los trabajadores, sus necesidades y sus motivaciones, es más fácil conservar el mejor talento en el seno del centro. Ello puede pasar por poner en marcha algún programa de retribución en base a criterios relacionados con la productividad, como la carrera profesional.
Finalmente, es preciso destacar que la formación es la mejor arma de que disponen los hospitales para enfrentarse a los retos que están por venir. Los planes de formación convencionales suelen generar cierto desinterés en la plantilla, ya se deba a su carácter excesivamente general o la utilización de metodologías didácticas pasivas y poco motivadores.