La telemedicina ha experimentado una gran evolución como consecuencia de la crisis sanitaria provocada por el SARS-CoV-2. Esta modalidad asistencial ha posibilitado durante los momentos más críticos de la pandemia garantizar la atención tanto de los pacientes con Covid-19 como de los afectados por el resto de patologías.
La telemedicina ha llegado para quedarse gracias al gran potencial que ofrece en términos de prestación de la atención médica en unos sistemas sanitarios que, en muchas ocasiones, no están suficientemente dotados de recursos humanos, económicos y materiales para dar respuesta a la gran demanda a la que hacen frente.
A pesar de la rápida adopción de la telemedicina en estos más de dos años y medios, lo cierto es que se desconoce cómo el aumento de las consultas realizadas por medio de esta modalidad están afectando a la calidad de la asistencia. ¿Difiere, positiva o negativamente, de la calidad que puede prestarse en las consultas presenciales?
Una pregunta que se repite cada vez con una mayor frecuencia y sobre la que cada vez se están realizando más evaluaciones con el objetivo de obtener conclusiones claras. En este sentido, ponemos el foco en los resultados de una investigación publicada por JAMA Network que sugiere que al menos, en los servicios de Atención primaria, la asociación entre la telemedicina y la calidad asistencial es “muy favorable”.
Para llegar a esta conclusión se ha desarrollado un estudio de cohorte retrospectivo en el que se han comparado las medidas de calidad estandarizadas entre pacientes con visitas presenciales a los consultorios de Atención Primaria, frente al servicio recibido por aquellos que fueron atendidos mediante la telemedicina entre el 1 de marzo de 2020 y el 30 de noviembre de 2021. Para la realización de estas comparaciones se han recogido datos en más de 200 consultorios ubicados en Pensilvania y Maryland (Estados Unidos). El estudio ha incluido 526.874 pacientes: 409.732 atendidos de forma presencial y 117.142 a través de la telemedicina.
La telemedicina “tiene el potencial de aumentar adecuadamente la capacidad asistencial de los servicios sanitarios”
En el caso de las consultas que únicamente tenían como objetivo la receta de medicamentos, la investigación revela que la presencialidad reportó un mejor desempeño, especialmente en el caso de las enfermedades cardiovasculares. La telemedicina ha mostrado también su potencial a la hora de mejorar los resultados clínicos, especialmente en el manejo de enfermedades crónicas como la hipertensión o la diabetes, reduciendo los tiempos d diagnóstico y el riesgo de infección.
Los responsables de este trabajo seleccionaron 16 aspectos divididos en cinco categorías de la Atención Primaria: atención a la salud cardiovascular, diabetes, prevención y bienestar, salud conductual y atención pulmonar. “Los pacientes con exposición a la telemedicina tuvieron un rendimiento comparablemente mejor en 11 de las 16 medidas de calidad, con algunas diferencias significativas”, expone el estudio indicando que solo tres de las diferencias fueron estadísticamente significativas: pacientes con enfermedades cardiovasculares que recibieron antiagregantes plaquetarios, que recibieron estatinas y aquellos a los que se les administraban antibióticos debido a infecciones en las vías respiratorias superiores.
“El análisis de regresión reveló poca o ninguna diferencia después de ajustar los factores demográficos, a excepción de la evaluación de la depresión”, revela el estudio.
“La principal lección para los responsables de la atención médica es que la adición de la telemedicina presenta un bajo riesgo de resultados negativos para el desempeño de la calidad excepto, quizás, en las medidas seleccionadas en atención cardiovascular”, señalan los autores del estudio, concluyendo que la telemedicina “tiene el potencial de aumentar adecuadamente la capacidad asistencial de los servicios sanitarios”.