Prótesis inteligentes e implantes que mejoran el cuerpo incluso de personas sanas

Con los últimos avances en prótesis y órtesis inteligentes, algunas personas amputadas han vuelto a desarrollar una vida prácticamente normal. Es el caso de Hugh Herr, el hombre biónico.

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11 junio 2016 | 00:01 h
Prótesis inteligentes e implantes que mejoran el cuerpo incluso de personas sanas
Prótesis inteligentes e implantes que mejoran el cuerpo incluso de personas sanas
Con los últimos y sorprendentes avances en prótesis y órtesis inteligentes -aquellas que incorporan microprocesadores-, algunas personas amputadas han podido volver a desarrollar una vida prácticamente normal. Es el caso de, por ejemplo, el alabado Hugh Herr, conocido como el “hombre biónico” y último premio Princesa de Asturias de Investigación. Experto en esta clase de implantes, Herr perdió ambas piernas tras un terrible accidente de escalada en 1982. Sin embargo, 12 meses después ya estaba practicando otra vez su deporte favorito, gracias a unas nuevas y asombrosas extremidades desarrolladas por él mismo.

Herr y otros eruditos están desarrollando en la actualidad áreas de investigación con las que, mediante la biónica, hacer a los humanos más fuertes, resistentes e incluso otorgarles nuevas capacidades
Pero lejos de replicar la funcionalidad de una pierna corriente, Herr decidió ir un paso más allá, dotando a sus nuevos miembros sintéticos de características inexistentes en una persona normal. En este sentido, les proporcionó alturas ajustables, puntas de titanio y otras mejoras que, según sus propias declaraciones, le convirtieron en un escalador más habilidoso.

Desde aquel momento, este investigador del Instituto Tecnológico de Massachussetts, además de especializarse en devolver la movilidad a personas discapacitadas, comenzó a vislumbrar un futuro donde también se pudiera mejorar el cuerpo incluso de individuos sanos. Así, Herr y otros eruditos están desarrollando en la actualidad áreas de investigación con las que, mediante la biónica, hacer a los humanos más fuertes, resistentes e incluso otorgarles nuevas capacidades, con el propósito de incrementar nuestra calidad de vida.



LOS AVANCES DE HERR

Titular de más de una decena de patentes vinculadas a dispositivos protésicos y fundador de la empresa BionX, conocida anteriormente como BiOM, en los últimos años Herr ha ayudado significativamente a pacientes de esclerosis múltiple, pie equino o parálisis cerebral, promoviendo invenciones de importante calado como los pies robóticos “Powerfoot” o las rodillas artificiales controladas por microprocesador “Rheon Knee”.

Sus investigaciones incluso pudieron devolver la capacidad de danzar a la bailarina profesional Adrianne Haslet Davis, que perdió una pierna tras los atentados de la Maratón de Boston de 2013, gracias a un innovador tobillo biónico único en el mundo.



No obstante, es en los sujetos sanos donde queremos centrarnos. Herr opina que el diseño de los humanos no es precisamente perfecto y que la tecnología permitirá que todos mejoremos físicamente, algo que también defiende otro prestigioso científico como Kevin Warwick, famoso por experimentar con su propio cuerpo el implante de dispositivos para controlar ordenadores a distancia. En esta línea, la empresa BionX ya ha desarrollado algunos avances como zapatos especiales que, gracias a su elasticidad -entre otras propiedades-, aumentan considerablemente la resistencia aeróbica al correr.

Asimismo, Herr espera lanzar al mercado en un futuro cercano exoesqueletos que permitan a los humanos cargar grandes cantidades de peso con el mínimo esfuerzo, lo que ayudaría a conservar el cuerpo durante más tiempo. En concreto, dichos exoesqueletos se volverían rígidos cada vez que el individuo hiciera un sobreesfuerzo, protegiendo a la columna vertebral de posibles lesiones.

SENTIDOS MÁS DESARROLLADOS

Herr no es ni mucho menos el único que ha visionado un futuro donde la tecnología nos haga evolucionar. Eso es algo que, según la empresa Ocumetics, está a la vuelta de la esquina. Y es que esta corporación pretende comercializar en 2017 las primeras lentes biónicas, las cuales incrementarán la visión del ser humano hasta tres veces por encima de lo normal (superarían el 20/20, estándar universal para la visión), como asegura su creador, Gareth Webb. Pensadas en un primer momento para personas con problemas visuales, estas lentas podrán ser empleadas por cualquier cliente que las solicite y, según sus responsables, se insertan en el ojo mediante un proceso indoloro y rápido, parecido a una cirugía de cataratas.

Desde Ocumetics insisten en que esta tecnología no se degrada con el tiempo y tampoco provoca fatiga visual ni dolores de cabeza, a tenor de los resultados arrojados por los diversos ensayos clínicos que la compañía ha realizado.

Ocumetics pretende comercializar en 2017 las primeras lentes biónicas, las cuales incrementarán la visión del ser humano hasta tres veces por encima de lo normal
En un terreno más especulativo se halla el proyecto EYE -“Enhance Your Eye” en sus siglas en inglés y que se traduciría como “Mejora tu ojo”- de la Universidad de Bolonia (Italia). Dicho proyecto, ideado por Filippo Nassetti para ayudar a personas ciegas o con severos problemas visuales, consiste en un ojo impreso en tres dimensiones que también mejoraría la visión e incluso podría grabar y compartir imágenes mediante una conexión Wifi, como si de una cámara digital se tratara.

Nassetti cree que podría ser una realidad en torno a 2027, aunque para ello la medicina tendría que resolver un escollo importante. Y es que aún no se han podido llevar a cabo trasplantes completos de ojos con éxito, debido a la enorme dificultad que supone manipular el nervio óptico. No obstante, los impulsores de esta idea proponen una solución a este problema, que consistiría en el implante de un “puerto” mediante cirugía, el cual conectaría el ojo artificial al cerebro sin que fuese necesaria ninguna intervención médica.


Igualmente, los responsables de EYE no creen que este proyecto suponga ningún problema ético, ya que en la actualidad hay individuos que, mediante cirugía, mejoran sus cuerpos por motivos estéticos, por lo que cambiar los ojos naturales por unos superiores no sería algo descabellado.

Yéndonos a otros sentidos, el oído también podría ser mejorado en pocos años empleando la biónica. Y no nos referimos a los ya muy extendidos implantes cocleares -intervención de alta tecnología que estimula el nervio auditivo de pacientes con sordera-, sino a la creación en 2013 de una oreja artificial con antena incorporada por investigadores de la Universidad de Princeton. Dicha oreja se puede imprimir, otorga un incremento de la audición y nace de la combinación de células vivas con nanopartículas. Asimismo, sus creadores afirman que se podría conectar al sistema nervioso de un cuerpo, aunque aclaran que aún quedan años de trabajo para que la medicina convencional se pueda beneficiar de esta tecnología.

WEARABLES BAJO LA PIEL Y CONTROL A DISTANCIA

Según diversos expertos, el futuro de los wearables pasa por implantarlos bajo la piel. Actualmente los llevamos en forma de reloj o gafas pero esto podría cambiar mucho antes de lo que creemos. Así lo apuntan ideas como “Underskin” -”bajo la piel” en su traducción al castellano-, financiada por la empresa New Deal Design y que es responsable de Ara, el móvil modular de Google. “Underskin” consiste en un tatuaje digital que se llevaría en la mano y que, entre diversas funciones, permitiría controlar las constantes vitales, abrir puertas e incluso intercambiar información mediante el contacto físico.

El biohackers Tim Cannon se ha autoimplantado en sus extremidades varios procesadores y dispositivos con los que controla a distancia diversos aparatos
De hecho, en la actualidad ya existen personas que por su cuenta y riesgo se han implantado chips con propósitos que van más allá de los sanitarios, buscando facilitar sus tareas del día a día. Algunos de estos individuos se llaman a sí mismos “biohackers”, y entre ellos destacan la creadora estadounidense de videojuegos Zoe Quinn -se insertó un chip con tecnología NFC y memoria de hasta 8 GB en la mano derecha mediante el cual bloquea y desbloquea su móvil, entre otras funciones- y, sobre todo, Tim Cannon, gurú de este fenómeno.

Cannon se ha autoimplantado en sus extremidades varios procesadores y dispositivos con los que controla a distancia diversos aparatos. Este “biohacker” está convencido de que en pocos años, al igual que él, todos llevaremos distintos chips dentro del cuerpo, no sólo para vigilar nuestra salud.


Pero sin duda el avance más impresionante de todos los citados en este artículo podría encontrarse en el llamado “control mental”. En la actualidad, múltiples experimentos, como los llevados a cabo por el prestigioso neurocientífico John Donoghue -fundador de la empresa Cyberkinetics-, han permitido a tetrapléjicos manejar ordenadores y jugar a videojuegos mentalmente, mediante la inserción de electrodos en la corteza cerebral.

Incluso la Universidad de Duke en Carolina del Norte consiguió en 2013 que una mona con un implante en el cerebro controlara exclusivamente con la mente un brazo robótico localizado a 7000 kilómetros de distancia -en Japón, para ser más exactos-. En concreto, el primate lo que hizo fue incorporar el nuevo periférico a su espacio mental, como si de una nueva parte de su cuerpo se tratara. Un increíble logro que no es sólo una esperanza para personas discapacitadas, sino que abre la puerta a un inquietante futuro donde los seres humanos, por qué no, podrían disponer de un número mayor de extremidades que el otorgado por la naturaleza.
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