Una nueva investigación de la Universidad de Aston ha dado con una sencilla técnica que permitiría reducir las infecciones vinculadas a dispositivos médicos como catéteres, implantes dentales, ortopedia y apósitos para heridas. Los científicos de dicha universidad han encontrado una manera de aumentar de forma significativa las propiedades antimicrobianas de un material ya utilizado en cantidad de dispositivos médicos y superficies clínicas: el vidrio bioactivo.
Aunque ya habían desarrollado un vidrio bioactivo que elimina las bacterias si se mezcla con un solo óxido metálico de zinc, cobalto o cobre, ahora han descubierto que, al ser combinado con varios de estos óxidos metálicos, este vidrio bioactivo podía ser hasta 100 veces mejor para acabar con las bacterias.
El vidrio bioactivo está hecho de productos químicos de alta pureza diseñados para inducir una actividad biológica específica, si bien a día de hoy, el material utilizado en medicina no suele contener sustancias antimicrobianas. Ahora, la Universidad de Aston ha revelado que las combinaciones de óxidos metálicos pueden mejorar las propiedades antimicrobianas del vidrio bioactivo. Y es que muchas de las bacterias que causan infecciones, como pueden ser Escherichia coli y Staphylococcus aureus, cada vez son más resistentes a los antibióticos, por lo que es urgente dar con nuevas formas de prevenir infecciones.
“Los antibióticos se han combinado desde la década de 1950, ya que dos antimicrobianos pueden ampliar el espectro de cobertura al apuntar a diferentes objetivos bacterianos al mismo tiempo. Nuestra investigación es la primera en mostrar que este enfoque combinado también puede funcionar con materiales”, asegura el profesor Richard Martin y director del Grupo de Investigación de Ingeniería para la Salud de la Universidad de Aston.
Las combinaciones con cobre fueron más de 100 veces mejores que los óxidos individuales para matar a E. coli
Junto con el profesor Martin, los doctores Tony Worthington y Farah Raja, crearon vidrio bioactivo mezclado con pequeñas cantidades de cobalto, cobre o zinc. A continuación, los molieron en un polvo que esterilizaron antes de agregarlo a las colonias de E. Coli, S. aureus y el hongo Candida abicans. Al comparar los efectos del vidrio estándar y el vidrio combinado con óxidos, descubrieron que el vidrio con óxido de metal funcionó mejor que el vidrio bioactivo de per se. Las combinaciones con cobre fueron más de 100 veces mejores que los óxidos individuales para matar a E. coli, mientras que la combinación de cobalto y zinc fue más eficaz contra el hongo.
“Fue emocionante realizar nuestros experimentos y encontrar algo significativamente mejor para detener la infección, ya que podría reducir potencialmente la cantidad de tratamientos con antibióticos que se prescriben. Creemos que la combinación de óxidos metálicos antimicrobianos tiene potencial para diferentes aplicaciones, como materiales de implantes, superficies hospitalarias y apósitos para la cicatrización de heridas”, apostilla el profesor Martin.
Al hilo, el Dr. Worthington añade que el equipo ha demostrado que la combinación de metales antimicrobianos en superficies “podría reducir la adhesión bacteriana y la colonización de superficies o dispositivos utilizados en la práctica clínica”. “El uso de metales antimicrobianos es el camino a seguir, ya que el descubrimiento de nuevos antibióticos es, a día de hoy, limitado. Instamos a los fabricantes a investigar si nuestro nuevo enfoque podría usarse para la creación de nuevos materiales biomédicos”, concluye el experto.