Un equipo de investigadores de la Universidad de Columbia en Nueva York (Estados Unidos) ha desarrollado un sistema de asistencia pélvica atada (TPAD, por sus siglas en inglés Tethered Pelvic Assist Device) que permite ayudar, en una única sesión, a mejorar la estabilidad en marcha de los pacientes con enfermedad de Parkinson.
Los datos ponen de manifiesto que las tasas de caídas en adultos con párkinson avanzado son dos veces más altas que en individuos sanos de una edad similar. Por este motivo, elaborar estrategias que permitan reducir el número de caídas que experimentan estos pacientes podría mejorar su vida de forma notoria.
El objetivo que persigue este dispositivo es aumentar la estabilidad en marcha de los pacientes y reducir, así, la probabilidad de una caída fuera de los entrenamientos
"La mayoría de las caídas que sufren los pacientes con enfermedad de Parkinson se producen al caminar", explica Sunil Agrawal, profesor de Ingeniería Mecánica del centro académico neoyorquino y uno de los investigadores del estudio. "Hasta ahora, los estudios previos habían puesto su foco de atención en equilibrar a los pacientes mientras estaban de pie, carentes de movimiento".
El sistema TPAD es un robot accionado por cable que aplica una serie de fuerzas multidireccionales en la pelvis cuando un sujeto camina. El objetivo que persigue este dispositivo es que estas perturbaciones, repetidas e inesperadas, ayuden a los pacientes a aumentar su estabilidad de la marcha y reducir, así, la probabilidad de una caída fuera de los entrenamientos.
"El resultado obtenido es alentador para diseñar nuevas intervenciones terapéuticas que eviten el riesgo de caídas"
"Nuestros datos revelaron que, en una sola sesión de entrenamientos de equilibro, se mejoró significativamente la estabilidad de los pacientes con enfermedad de Parkinson", asegura el docente Darío Martelli, autor principal del estudio. "El resultado obtenido es alentador para diseñar nuevas intervenciones terapéuticas que eviten el riesgo de caídas", subraya.
El grupo de especialistas espera que este tipo de programas de entrenamiento pueda permitir que se desarrollen estrategias de control para evitar caídas en los pacientes con párkinson avanzado.